Carta del obispo de Guadix: «Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad. Somos esperanza»
En su carta pastoral de esta semana, Francisco Jesús Orozco celebra que en muchas parroquias de la diócesis ha aumentado el tiempo de la adoración eucarística
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Resucitado nos ha dicho: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). Como verdad de esta presencia, el Amor del Padre y del Hijo nos ha enviado en Pentecostés el Espíritu Santo. Es el exceso de un Amor que siempre está, y que por el Espíritu Santo hace posible que Cristo esté siempre con nosotros, realmente presente en la Santa Eucaristía.
Celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, la fiesta del Corpus Christi, Dios con nosotros hasta el final de la historia. El Jueves Santo se prolonga en los días peregrinos de nuestra vida en la tierra hasta que lleguemos al cielo, donde podremos vivir la Eucaristía eterna en la feliz presencia del Señor. El Corpus nos invita a adorar al Señor, Dios mismo que se ha hecho hombre y cada día se hace Eucaristía para nosotros. Desde la custodia quiere bendecirnos, quiere llenar de sus bendiciones nuestros pueblos y ciudades, nuestras plazas y nuestros hogares, nuestros corazones y la soledad de quienes más sufren en los caminos de este mundo. Jesús está realmente presente, cercano; es el Amigo que nunca falla, el Señor que salva, que se queda en el silencio sonoro de cada sagrario del mundo para dejarse encontrar por las almas que saben oír en la intimidad las palabras más fieles que un corazón pueda escuchar. Se hace alimento, en las manos de los sacerdotes, para que podamos degustar los mejores pastos y la mejor agua de vida eterna.
Es un gozo saber que en muchas parroquias de la Diócesis ha crecido el tiempo de la adoración eucarística. Pidamos al Señor que en todas las comunidades haya adoración de la Eucaristía y anhelemos tener pronto un lugar donde se adore perpetuamente al Señor. Él es la serenidad para nuestra alma, la cura para nuestras heridas, el consuelo para nuestros pesimismos, preocupaciones y angustias, la fortaleza para nuestra debilidad y la fe para pisar fuerte en medio de las contrariedades de nuestro camino peregrino. Por eso, el Concilio Vaticano II proclamaba que “la eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana” (LG 11).
Compartir la misma comida nos une en un mismo Cuerpo, eso es la comunión, que tiene su fuente permanente en la Eucaristía. El amor fraterno que nos regaló el Señor en la institución eucarística, fragua la caridad de todos los cristianos hacia sus hermanos. Comulgar con Cristo nos lleva a comulgar con los hermanos, por eso el Corpus es la fiesta de la caridad cristiana, el Día de Cáritas.
Cáritas es la expresión eclesial de la entrega de la vida en favor de los demás, como ha hecho Jesucristo. Cáritas es la Iglesia que nos invita en este Día de la Caridad, bajo el lema “Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad. Somos Esperanza”, al ejercicio esencial del amor fraterno, especialmente a los más desvalidos y solos. Los pobres y los más vulnerables, los preferidos del Señor, siempre están en el corazón de nuestra preocupación y atención. Como nos dice el Papa Francisco, seamos una Iglesia "pobre con y para los pobres".
Cáritas -diocesana, inter-parroquiales y parroquiales- durante este año 2022, ha atendido a 1.054 familias, sirviendo en ellas a 3.579 personas, acogiendo sus necesidades básicas de primera necesidad, salud, educación, vivienda y ayudando a superar la brecha digital y otras muchas de primera necesidad. Asimismo, han sido 6607 beneficiados directos. Además, entre los colectivos más importantes con los que hemos trabajado están nuestros mayores. De entre ellos, 452 han recibido ayuda a domicilio, acompañamiento y participan en actividades diversas para mantenerlos socialmente activos y superar el aislamiento social (multitalleres: talleres de memoria, gimnasia, etc.). La promoción para el futuro ha hecho que por el programa de formación y empleo hayan pasado 164 desempleados. Esta es la prioridad y el programa de Cáritas: gastarse para ayudar a tantos enfermos, pobres, transeúntes y sin techo, inmigrantes, mujeres maltratadas, ancianos solos, jóvenes y adultos sin trabajo, familias en situación de dificultad, etc. Detrás de cada una de estas personas estás tú: “Tú tienes mucho que ver. Eres oportunidad. Eres esperanza”.
Quiero agradecer la buena vertebración y la comunión real de todas las Cáritas en nuestra Diócesis, expresado en el gesto sinodal de haber procedido el año pasado a la unificación de un único CIF, que nos ha ayudado a mostrar un solo rostro con muchos matices de la misma realidad: “Que todos sean uno, para que el mundo crea.” (Jn 17,21).
Cáritas necesita tu compromiso y tu ayuda. Tú tienes mucho que ver, eres la oportunidad y la esperanza para los que más sufren. Este año hemos tenido -seguimos teniendo- más necesidad de alimentos básicos y productos de higiene personal, al no recibir las ayudas que en años anteriores hemos recibido por parte de las administraciones. Es verdad que recibimos subvenciones y ayudas, y es cierto que nada se pierde y que todo se multiplica, pero todo resulta ínfimo para las grandes necesidades que hemos de cubrir. Es necesario que se colabore en todas las comunidades parroquiales, que haya almas generosas que hagan donativos particulares e incluso que se acuerden de los pobres en sus testamentos. Os animo a ser muy generosos en la colecta del día del Corpus, destinada exclusivamente a Cáritas, que ha de ser la principal fuente de financiación de esta institución eclesial, teniendo fondos propios para no depender en un porcentaje tan alto de los programas y ayudas externas, de las subvenciones, que o se recortan o no llegan. Los pobres no pueden esperar.
Agradezco a todos los que desde Cáritas hacen, en nombre de la Iglesia, el bien a los demás: sacerdotes, delegado de acción social, directora diocesana, directores, técnicos, voluntarios, bienhechores y los que, con su oración, entre ellos los enfermos y los consagrados, fortalecen la vida de Cáritas. ¡Qué bien nos ha hecho el Señor regalándonos a Cáritas, la caridad organizada en la Iglesia católica! ¡Cuánto bien hace Cáritas! ¡Gracias, queridos hermanos de Cáritas por ser el rostro amable, misericordioso, consolador y siempre fiel al Señor en la Iglesia! ¨Alabado sea Jesús sacramentado que se hace caridad en nosotros para el mundo! Con mi afecto y bendición.
+ Francisco Jesús Orozco Mengíbar
Obispo de Guadix