Carta del obispo de Lleida: «Un nuevo diácono permanente»
En su escrito semanal, Salvador Giménez celebra la ordenación diaconal de Luis Manuel Pérez Zambrano, que tendrá lugar el próximo 3 de julio
Madrid - Publicado el
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Hay un pasaje en el evangelio de san Juan en donde Jesús lava los pies a sus discípulos, y al final del relato resuenan dos afirmaciones del Maestro, “os he dado ejemplo” y “seréis dichosos si lo cumplís”. Pero, ¿Cuál es el ejemplo y la bienaventuranza? Y el mismo texto nos ofrece la respuesta “Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros”. Es el servicio en el amor.
En la Iglesia todos, laicos, sacerdotes y consagrados, estamos llamado en esencia a ello, al servicio de los hermanos, tanto a los que están cerca como a los que están lejos o quieren estar apartados. Esa es una de las dimensiones de la misión bautismal recibida en su momento, y cada uno desde su vocación, servicio y ministerio quiere hacer posible no solo en medio de la comunidad eclesial, sino en el mundo; en las periferias existenciales, en salida como recuerda siempre el Papa Francisco.
Ahora bien, por la gracia del Espíritu Santo, algunos hermanos nuestros con sus familias se ven motivadas a responder a ejemplo de Jesús a esa invitación al servicio, a la diaconía (diakonía). Por medio del diaconado permanente, al recibir el Sacramento del Orden los elegidos participan de esa misión y la gracia de Cristo, que los configura con Él el servidor de todos. Asumen así, en beneficio de toda la Iglesia las siguientes tareas capitales: en la liturgia, la predicación y la enseñanza de la Palabra de Señor, las obras de caridad y la administración. En un espíritu, como lo dijo san Policarpo: “misericordiosos, diligentes, procediendo conforme a la verdad del Señor que se hizo servidor de todos” (Ad Phil. 5. 2.).
Para ello, nuestra Iglesia diocesana ha decidido que Luis Manuel Pérez Zambrano (Villavicencio- Colombia 1984) reciba la ordenación diaconal el domingo 3 de julio en la Catedral. Él actualmente (desde 2021) es el director de Departamento de Patrimonio del Bisbat de Lleida. Durante los últimos años, junto con su esposa y su pequeña hija, han estado vinculados y celebran su fe en la parroquia de San Lorenzo. Ahí han prestado diferentes servicios enmarcados en la liturgia, la catequesis y la difusión de la Palabra de Dios. En medio de esa labor, y en compañía de su párroco junto con la comunidad ha hecho el proceso de discernimiento, después de esto ha sido presentado al obispo para que sea ordenado.
Por medio de la consagración, que recibirá por la oración e imposición de las manos del obispo se unirá a Cristo que “no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida” (Mt 20, 28), “no en orden al sacerdocio sino en orden a ministerio” (L.G. 29). Su tarea será la de ser intérprete de las necesidades y de los deseos de la comunidad cristiana como su animador para el servicio (Ratio Fundamentalis 5). Lo anterior es fundamental para entender la labor que adelantará Luis en nuestra diócesis, una labor que comenzará con su propia familia como esposo y padre, en la comunidad diocesana como el colaborador más cercano del obispo y los presbíteros sirviendo a los fieles con solicitud y amor cristiano. Mientras que el ámbito profesional, como doctor en historia que es, dará testimonio del Evangelio que se espera asuma como regla de vida, en su relación con sus compañeros y un comportamiento ético cristiano.
La circunstancia es una oportunidad para renovar la vocación de servicio y testimonio propia de nuestra fe, y recordar los ejemplos de santos diáconos como Esteban, Felipe, Lorenzo y Francisco de Asís. Además, de encomendar la labor del nuevo diácono, pediremos al Señor nos conceda las vocaciones sacerdotales que tanto necesitamos en nuestra iglesia diocesana.
+ Salvador Giménez Valls
Obispo de Lleida