Carta del obispo de Segorbe-Castellón: «Día del Domund»
Casimiro López Llorente nos recuerda en su escrito de esta semana que la razón de la Iglesia es evangelizar y que el ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo van juntos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este domingo, 23 de octubre, celebramos la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund, bajo el lema “Seréis mis testigos”. Son las palabras de Jesús al despedirse de sus discípulos antes de su ascensión al cielo. “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra” (Hech 1,8). La Jornada del Domund nos recuerda que esta encomienda de Jesús vale para todos los tiempos y para todos los bautizados.
Ser cristiano es ser discípulo misionero de Cristo; ambas cosas están indisolublemente unidas. Todos los bautizados estamos llamados a estar con Jesús, a conocerle y aprender de Él, a seguirle viviendo unidos con Cristo y, en Él, con el resto de bautizados, con toda la Iglesia, para ser sus testigos gracias al Espíritu Santo que hemos recibido en el bautismo y la confirmación. La gracia de Dios nos ha hecho testigos de Jesucristo. Cada cristiano está llamado a ser testigo de Cristo. Y la Iglesia, la comunidad de los discípulos de Cristo, no tiene otra misión que la de evangelizar el mundo dando testimonio de Cristo. La Iglesia existe para evangelizar, como estamos recordando de forma reiterada en nuestro Jubileo diocesano.
Al usar Jesús el plural: ‘seréis mis testigos’ nos indica el carácter comunitario-eclesial de la llamada misionera. Todo bautizado está llamado a la misión en la Iglesia. La misión se realiza no por propia iniciativa sino que se hace y se ha de hacer siempre en comunión con la comunidad eclesial, que nos ha enviado. Además, Jesús envía a los discípulos sobre todo para ser sus testigos; es decir, han de vivir su vida personal en clave de misión. La esencia de la misión es dar testimonio de Cristo, es decir, de su persona, vida, pasión, muerte y resurrección, por amor al Padre y a la humanidad. Para ser testigos de Cristo es fundamental el testimonio de vida de los cristianos. El ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo van juntos. El testimonio coherente y gozoso de Cristo será la fuerza de atracción para la fe en Cristo, especialmente en los tiempos recios que vivimos.
Para la misión de ser sus testigos, Jesús nos ha prometido la gracia y la fuerza del Espíritu Santo. Contemos con su presencia y acudamos al Espíritu Santo en la oración, para dejarnos reconfortar y fortalecer por Él. Cristo envía a sus discípulos a ser sus testigos ‘hasta el confín de la tierra”. La misión es universal, no tiene límites geográficos. Hemos salir a la misión entre nuestra tierra y a los llamados países de misión, como lo han hecho tantos misioneros y misioneras. En este día del Domund los tenemos especialmente presentes en nuestra oración y les queremos mostrar también nuestra solidaridad fraterna con nuestra generosa aportación económica en la colecta de este día.
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón