Carta del obispo de Tarrasa: «En la vejez seguirán dando fruto»
Salvador Cristau Coll nos invita a participar en esta II Jornada de los abuelos y las personas mayores, que la Iglesia celebra el próximo 26 de julio, «con profundo agradecimiento»
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El papa Francisco ha escogido estas palabras del Salmo 92 como lema para la II Jornada de los abuelos y las personas mayores que celebraremos, Dios mediante, el próximo martes 26 de julio, fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María según la tradición cristiana.
El año pasado el papa quiso instituir un día de agradecimiento y reconocimiento en la Iglesia a las personas mayores por su dedicación y entrega. En su mensaje de este año él mismo habla como persona mayor para valorar especialmente todos los frutos que se pueden seguir aportando desde una vejez vivida como una bendición de Dios y no como una condena inexorable que llega con el paso del tiempo y para la cual nunca se está preparado suficientemente.
El pontífice, después de quejarse de la cultura del “descarte” que también puede afectar a la relación con las personas mayores, valora especialmente los frutos que pueden aportar en el contexto actual de nuestra situación social y eclesial. Hace referencia a la cultura del esfuerzo y la superación de dificultades a lo largo de la vida, de la ternura con la que se tiene que vivir la relación con los demás, o de una ancianidad activa también a través de cultivar la vida espiritual, la vida interior, la relación con Dios y la vivencia eclesial a través de los sacramentos.
Las palabras de Francisco me llevan a pensar en cuantas personas mayores están viviendo su ancianidad desde un compromiso en la Iglesia y la sociedad. Como son, en muchos casos, los que cuidando a sus nietos les ayudan a vivir la fe, transmitiendo sus prácticas de piedad, ayudándoles a rezar, haciéndolos conscientes de la presencia del Señor teniendo a Dios presente en la vida ordinaria. Es un motivo para agradecerles su compromiso cristiano en la familia.
Pero ese compromiso también lo noto en la vida eclesial. Cuando visito las parroquias ya sea para confirmar, o celebrar alguna fiesta, constato como en muchas comunidades las personas mayores son muy activas y colaboradoras en los más diversos servicios a favor de los demás, en el culto, asegurando los actos de piedad, atendiendo las personas, ayudando como voluntarios en Cáritas, estando disponibles para lo que se pueda necesitar, o formando parte de grupos de reflexión y formación como por ejemplo “Vida Creixent”. Su experiencia acumulada a lo largo de los años y el hecho de disponer de más tiempo son una ayuda importante para sostener y acompañar en buen número de actividades parroquiales.
En estos días que algunos ya han comenzado las vacaciones y otros están a punto de hacerlo, os invito a celebrar esta Jornada con un profundo agradecimiento a aquellos que nos han transmitido la vida, la fe y su sabiduría profunda. A tener presente esta celebración en las parroquias y movimientos, a través de la oración y el reconocimiento. Y también a saber tener gestos de ternura y cercanía con esas personas que, estos días de más tranquilidad, pueden también agradecer una atención y una dedicación que les haga consciente que con los años, sus vidas van dando más frutos a los ojos de Dios y de las personas.
+ Salvador Cristau
Obispo de Tarrassa