Felicitación navideña del obispo de Guadix

Francisco Orozco pide "al Dios de Belén que Ilumine las mentes de nuestros gobernantes: que siempre abran caminos de búsqueda de la verdad, por encima de las ideologías"

franciscojesusorozco

Redacción digital

Madrid - Publicado el

4 min lectura

¡Feliz y Santa Navidad! Queridos todos, fieles de la Diócesis de Guadix, en estos días llenos de ternura, de corazón, de Fe y de sentido para la existencia humana, llevo vuestros mejores deseos hasta el pesebre de Belén.

¡No hay Navidad sin Jesús! ¡¡Qué gran misterio!! La Navidad es Jesús, un Niño que es hombre y es Dios en una misma persona. La Navidad tiene como protagonista a Dios que tanto nos ama y ha querido hacerse uno de nosotros, sin perder su divinidad. ¡Qué nadie nos robe la verdadera Navidad! ¡Qué grandiosos los que saben descubrir en lo pequeño lo más grande, en un Niño a todo un Dios! Que nadie sustituya del corazón y de la historia al Enmanuel, Dios con nosotros. Se hace hombre para ser Dios contigo. Que las luces, las comilonas y las fiestas no secuestren el corazón de lo que celebramos y cantamos en nuestros villancicos: ¡resuenen con alegría los cánticos de mi tierra y viva el Niño Dios que nació en la Nochebuena! Dios se ha hecho hombre para salvarnos y para llenar nuestra vida de su esperanza. Poner el Belén en nuestra casa es una forma muy concreta de centrarnos en estos días en este gran misterio de Amor.

Y ante el nacimiento, rezar y dar Gracias en familia. Navidad es una familia, es la fiesta de la familia y de la vida. En tiempos convulsos en que se vulneran tantos derechos primeros de los padres, pidamos a Jesús que se respete la educación que ellos elijan para sus hijos y que no sean nunca apartados de las decisiones y de la vida de sus hijos. Los hijos, antes que, de nadie, son la herencia y la pertenencia preciosa de sus padres.

Belén es la fiesta de la vida, la apuesta por la vida. Pido por el respeto a la vida indefensa en el vientre de las madres y para que seamos generadores de esperanza y no de eutanasia.

El portal de Belén es derroche de los valores que sustentan la esperanza. Sigamos creyendo y apoyando a nuestros jóvenes. Ellos son protagonistas de este momento histórico y eclesial. Después de haber peregrinado este verano a Santiago de Compostela, ya se preparan para vivir en Lisboa la Jornada mundial de los jóvenes con el Papa Francisco. Queridos jóvenes, sed protagonistas de la historia cogidos de la mano de Cristo. Queremos acompañaros en todas las realidades donde camináis. Gracias por ser futuro esperanzador.

Pido al Dios de Belén que Ilumine las mentes de nuestros gobernantes: que siempre abran caminos de búsqueda de la verdad, por encima de las ideologías. Necesitamos fortalecer las sendas de la unidad, del respeto a la Justicia, de la libertad religiosa y que no olviden nunca mirar a las zonas de la España vaciada, tan necesitada de recursos y de apuesta empresarial para afrontar con dignidad el futuro.

Navidad, sobre todo, es esperanza para los que peor lo pasan. Dios que es mendigo de amor, Niño pobre en Belén, inmigrante, olvidado de los poderosos y sabios, bendiga especialmente a aquellos que por cualquier causa más están sufriendo en los rincones de este mundo. Pido al Niño Jesús que bendiga a nuestros mayores, roca firme de nuestra historia. Que ninguno esté ni se sienta solo y abandonado. Cuida, Niño de Belén, a todas las personas vulnerables, a los enfermos y a los que sufren la pérdida de seres queridos. Cuida a las familias sin trabajo y a los niños que sufren por no tener los medios necesarios para vivir felices. Que siempre haya muchas buenas personas, como los que sirven a los más pobres en Cáritas, que hacen de cada día una verdadera Navidad de esperanza y dignidad.

En estos días vamos a celebrar al Niño Jesús, príncipe de la paz. El mundo necesita Paz: es una petición urgente presente en nuestro corazón: la paz en la tierra y a los hombres de buena voluntad; la paz en Ucrania y en tantos lugares donde todavía se cree más en el poder de las armas, de la pólvora, del conflicto, es decir, se espera más de la soberbia y de los poderes humanos que de la humildad, del perdón y de la comunión.

Pido al Dios de Belén para que siga enviándonos el tan necesario don de la lluvia, que como la gracia que viene del cielo vaya calando y germine la vida y los campos.

Miremos a Belén para aprender en la familia de Nazaret los caminos de la verdadera sinodalidad: Una Iglesia que camina en comunión, poniendo a Cristo en el centro.

Damos gracias por todo lo vivido en nuestra Iglesia particular en este 2022 y pedimos que, en el nuevo año 2023, el que ha nacido de la Virgen María, nos cuide a todos los que día a día, en nuestra tierra, en nuestra diócesis, sirven y trabajan para que, con esa hondura con la que sabemos vivir y mirar la vida desde la fe, seamos constructores de paz, sigamos siendo incentivo para la verdadera comunión, unidad y esperanza de todos.

¡Queridos todos: La Navidad es Dios con nosotros:

¡Feliz y Santa Navidad!

+ Francisco Jesús Orozco

Obispo de Guadix

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