Después del aborto, los médicos se encontraron un milagro: los latidos de un bebé
Michelle perdió a su hijo en un aborto, pero diez días después los médicos se encontraron con un milagro
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Para las parejas, traer un niño al mundo supone una gran alegría. Durante el embarazo, esperan con cariño el nacimiento de su hijo. Sin embargo, en ocasiones, pueden surgir problemas para la vida del bebé. Este fue el caso de Michelle, quien, durante la sexta semana de embarazo, recibió una mala noticia. Según los médicos, había perdido a su hijo.
Michelle vive con su esposo, Ross Hui, en Newbridge, Irlanda. Cuando se quedó embarazada, tenían dos hijos y querían tener uno mas. Un día, cuando iba a trabajar, ella sintió un dolor agudo. Mirándose la ropa, vio que estaba sangrando. Por ello, pidió a su marido que la llevase al hospital, según relata el portal Aleteia.
Tras examinarla, los médicos dijeron que el bebé había fallecido. La mujer pasó una noche internada en el hospital. Recibió dos comprimidos abortivos, para limpiar su útero y prevenir posibles infecciones.
Perder a un hijo supone una gran pena para los padres. Michelle estaba muy triste, por ello, cuando llegaron a casa, decidió tomar una botella de vino para olvidar la tristeza. Días después, cuando volvieron al hospital, recibieron una noticia impactante. Los médicos intentaron eliminar el feto muerto, mediante un legrado, pero algo les detuvo.
El legrado es una operación quirúrgica donde se raspa la superficie de ciertos tejidos, como el útero y los huesos. Durante la intervención, los doctores escucharon algo que les impactó: el latido de un bebé. Dentro de la mujer seguía habiendo vida.
Los médicos no se habían dado cuenta todavía de que Michelle no estaba embaraza como ellos creían. La mujer esperaba gemelos y milagrosamente, uno de ellos sobrevivió al aborto. Uno de los bebés había logrado sobrevivir.
Michelle y Ross se quedaron muy sorprendidos cuando los médicos les comunicaron la noticia, pero también profundamente felices: “El médico salió y volvió con un colega, que repitió el examen y me dijo que había había encontrado un latido cardíaco. Fue la mayor sensación que he tenido en la vida”, explicó Michelle.
Actualmente, su hija tiene un año, se llama Megan y es una cría feliz y saludable. Su nacimiento está considerado un milagro, pues logró sobrevivir -aunque pareciera imposible- a un aborto espontáneo, a las píldoras abortivas y el consumo de alcohol.