Historia de fe

Bas Rutten, ex luchador de UFC: del ring a la Iglesia

El famoso luchador de UFC cuenta su camino de conversión al catolicismo en un vídeo para la Archidiócesis de Filadelfia, EE.UU.

Bas Rutten

Natxo de Gamón

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Bas Rutten es una leyenda de UFC, una competición durísima en la que se enfrentan todo tipo de artes marciales. Ahora, tras abandonar el deporte profesional, ha vuelto a abrazar la fe que le transmitieron sus padres.

Rutten fue vencedor en el Campeonato de los Pesos Pesados de UFC en 1999, e incluso pertenece al Hall of Fame de la institución.

Nacido y criado en los Países Bajos, aunque con nacionalidad estadounidenseRutten sufrió acoso en el colegio por un eccema que tenía. Sus compañeros lo llamaban 'leproso', y él combatía el intenso picor golpeando los azulejos de su habitación.

A los 12 años, fue al cine a ver la película Enter the dragon, de Bruce Lee, y logró convencer a sus padres de que le dejaran apuntarse a taekwondo. El bullying terminó poco después, tras romperle la nariz a uno de los chicos que le acosaban.

Rutten había sido bautizado, e incluso recibió la confirmación cuando era un niño pero, cuando tenía 12 años, su familia dejó de ir a la iglesia. Reconoce que a él tampoco le interesaba lo suficiente como para ir por su cuenta, así que también dejó de ir. “Cuando un niño va a la iglesia, es como una especie de cosa intimidante. Están todas esas estatuas locas allí, mirándote, y nadie está contento”, explica.

Rutten estuvo alejado de la Iglesia durante el resto de su vida, hasta que coincidió en el rodaje de la película Peso pesado con el actor Kevin James. El intérprete, que ha declarado varias veces que profesa la fe católica, invitó a predicadores al set de rodaje. Uno de los días, la curiosidad picó a Rutten y se quedó en una de las charlas. “Me atraparon, eso fue todo. Me cambió la vida”. Desde ese momento, Rutten comenzó a leer la Biblia, a la vez que la escuchaba en sus auriculares.

La Biblia le hizo darse cuenta de que estaba “esclavizado a la bebida”. “Yo era un gran bebedor, y dejé de hacerlo. Ahora tengo moderación, algo que nunca tuve en mi vida”. El exluchador también está encantado por todo lo que está aprendiendo acerca de la fe.

“La pregunta que siempre le haría a mis alumnos es 'cómo quieres que te recuerden'. Aplica esto a la lucha: ¿cómo quieres ser recordado? Como un buen luchador, un tipo que nunca se rindió”, explica.

No se trata de obtener el cinturón del campeonato, es el reconocimiento de sus compañeros. Si eso es muy importante para mí, ¿por qué no quiero obtener el reconocimiento de Dios y ser el mejor hombre? Ser fuerte, pero además de eso, ¿ser una buena persona? Creo que no hay nada más importante”, concluye Rutten.

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