El capellán de los bomberos que arriesgó su vida para sacar al Santísimo de las llamas de Notre Dame
Este gesto no es el único heroico que el P. Jean Marc, de 50 años, ha tenido en su carrera sacerdotal: ha estado 7 años de misiones con el ejército
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Hoy contamos la historia de un sacerdote parisino que demostró un arrojo muy especial durante el incendio de la catedral de Notre Dame.
Numerosas obras de arte pudieron ser rescatadas intactas gracias a “una cadena humana” compuesta por bomberos, agentes de seguridad, el equipo del arzobispado y los técnicos del Ministerio de Cultura francés. Uno de los miembros de esa cadena fue el sacerdote Jean-Marc Fournier, capellán de los bomberos de París, que durante la tarde del pasado lunes entró junto a sus compañeros en la catedral de Notre Dame en llamas, y no dudó en arriesgar su vida para salvar los tesoros allí custodiados, el primero de ellos el Santísimo Sacramento, pero también la Corona de Espinas y la Túnica de San Luis, rey de Francia.
Un miembro de los equipos de emergencia ha relatado a la televisión el arrojo mostrado por el padre Jean-Marc, al que calificó de verdadero héroe, explicando que nos mostró ningún temor, ya que se ocupa de la vida y de la muerte todos los días. Fournier tiene 50 años y fue ordenado sacerdote en Alemania; en 2004 se incardinó en Arzobispado Castrense de Francia y estuvo durante 7 años en misiones con el ejército por todo el mundo, incluidas las de Irak y Afganistán.
En este último país sobrevivió a una emboscada en la que murieron diez de sus compañeros soldados. La del pasado lunes no fue, por tanto, la primera vez que demuestra su entrega y valentía: el 13 de noviembre de 2015, entró en la sala Bataclan después de que un grupo de terroristas del Estado Islámico asesinaran a 89 personas. Allí, rezó ante los fallecidos y acompañó a las víctimas y sus familias.