La carta de un familia numerosa y católica en Barcelona sobre la crisis en Cataluña

Jacob y Esperanza, una familia numerosa católica con seis hijos, dan su testimonio cristiano sobre cómo están viviendo la crisis en Cataluña

La carta de un familia numerosa y católica en Barcelona sobre la crisis en Cataluña

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Jacob y Esperanza llevan casados desde hace doce años, familia numerosa y con seis hijos. Viven en Barcelona, en plena crisis en Cataluña. Él es técnico-comercial en una empresa de ascensores de ámbito nacional y ella administrativa en una empresa de servicios culturales. Los dos son catequistas en la parroquia Santa Joaquina Vedruna y miembros del consejo pastoral.

Hemos vivido estos días con absoluta tristeza

La afirmación del Papa Francisco sobre el amor y la unión, se ha vuelto de plena actualidad con lo acontecido en Barcelona estos días y que el matrimonio ha intentado poner bajo la luz de la fe para ayudar también a otros que se les han acercado y preguntado. «Hemos vivido estos días con absoluta tristeza, con dolor e incluso con la frustración de no poder hacer nada contra esta violencia, contra este drama que hemos vivido no solo por los disturbios, sino por el odio que se respira».

En una sociedad, afirman, «totalmente fracturada que ha destruido familias, trabajos, relaciones entre amigos y compañeros». «La verdad es que es una pena todo, no solo el hecho de que se produzcan altercados, sino lo que hay detrás: la división, la confrontación, este odio que se percibe en el ambiente». Al final «es un tema que se intenta no tocar en cenas familiares o en el trabajo para no crear mas confrontación», lamenta Jacob.

Una ideología no puede separarte del otro

El matrimonio no ha dejado de acudir a su parroquia estos días, en un intento por vivir con normalidad a pesar de la tensión. «Nuestra casa no está en la zona del centro, en la que se han desarrollado los enfrentamientos, pero aún así íbamos a todas partes con pies de plomo», explica Esperanza.

La carta de fe y de unión de un matrimonio catalán católico

Como catequistas, han sido interrogados de algún modo. «Siempre decimos que la fe nos hace ver que es necesario que aparezca el amor de Dios», explica Jacob, quien reconoce a su vez que «lo que no debe ser es que una ideología te separe del otro». «La fe es un consuelo porque nos hace ver, por un lado, que nuestra patria verdadera es el cielo, es decir, que aquí somos extranjeros, y por otro debe ayudar a que levantemos la mirada al cielo», dice a su vez Esperanza. En definitiva, «con Jesucristo se puede superar toda barrera».

La riqueza de amar al diferente

Con respecto a sus hijos, aseguran que «lo que nosotros les hemos transmitido es el amor al otro, al que además es diferente» y les decimos que, como dice el Papa, «eso es una riqueza». A menudo les explican que «si se tiene a Dios, todo lo demás se ordena: el amor al hombre, el amor al deporte, el amor a la patria, el amor a la tierra, el amor a la familia…». «Es algo que vivimos en casa con mucha tranquilidad y con mucha naturalidad y sin miedo al qué dirán», subrayan.

Donde haya guerra que yo ponga paz

«Lo que vale la pena es tender puentes« y «como decía san Francisco, que donde haya odio yo ponga amor, donde haya división que yo ponga reconciliación, donde haya guerra que yo ponga paz. La misión con nuestros hijos es que aprendan a vivir esto», reconocen los dos.

Los recientes acontecimientos son «una muestra de la crisis de valores por la que atraviesa, no solo nuestro país, sino el mundo entero». En su día a día, tratan de «ser luz» en «medio de cierta oscuridad», lo que les ha supuesto que haya vecinos «que nos den las gracias y felicitado porque ven que se puede vivir con naturalidad y con paz». En casa «decimos que hay que rezar mucho por esta situación, por la gente que está sufriendo, porque existe mucho dolor y mucha rabia contenida que después se desata». Y, como matrimonio cristiano, «vemos que estamos llamados a ser reflejo de unidad y a llevar al necesitado y alejado en la fe una palabra de aliento».

Ver esta publicación en Instagram EN: In these last days of October, I invite you to pray the #holyrosary for the mission of the Church today, especially for men and women missionaries who encounter the greatest difficulties. #missionaryoctober PT: Nesses últimos dias de outubro, eu os convido a rezar o #santorosário pela missão da Igreja hoje, em especial pelos missionários e missionárias que encontram maiores dificuldades. #outubromissionário ES: En estos últimos días de octubre, os invito a rezar el #santorosario por la misión de la Iglesia hoy, en especial por los misioneros y misioneras que encuentran mayores dificultades. #octubremisionero IT: In questi ultimi giorni di ottobre vi invito a pregare il #santorosario per la missione della Chiesa oggi, in particolare per i missionari e le missionarie che incontrano maggiori difficoltà. #ottobremissionario FR: En ces derniers jours d'octobre, je vous invite à prier le #saintrosaire pour la mission de l'Église, spécialement pour les missionnaires qui rencontrent les plus grandes difficultés. #octobremissionnaire DE: In diesen letzten Oktobertagen lade ich euch ein, den Rosenkranz für die Sendung der Kirche heute zu beten, besonders für die in der Mission Tätigen, die auf größere Schwierigkeiten stoßen. #missionsmonatoktober PL: W tych ostatnich dniach października zachęcam was do modlitwy różańcowej w intencji współczesnej misji Kościoła, szczególnie za misjonarzy i misjonarki, którzy napotykają poważne trudności. #październikmisyjny Una publicación compartida de Pope Francis (@franciscus) el 28 Oct, 2019 a las 6:25 PDT

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