Diez bellas reflexiones de presos que han cuidado de enfermos en Lourdes
Siete presos de cárceles aragonesas han compartido sus reflexiones tras acompañar a enfermos en Lourdes: "Es la primera vez en mi vida que ayudo a alguien"
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"Es la primera vez en mi vida que ayudo a alguien...", "Mi enfermo me ha abierto los ojos...", "Los enfermos me han marcado y me siento como si estuviera curándome...", son algunas de las diez bellas reflexiones que han quedado apuntadas en los cuadernos de siete presos que han vivido la experiencia con la Hospitalidad de Lourdes. El acompañamiento y cuidado de los enfermos en el santuario mariano los pasados sábado 29 de julio y martes 2 de julio les ha calado hondo.
Los siete internos, de las cárceles de Zuera, de Teruel y Daroca, han hecho estas anotaciones después de pasar su tiempo ayudando a los demás. "Los enfermos y la Virgen nos han hecho mejores personas", cuentan los reclusos.
El grupo de 400 personas en el que se integraron las siete personas privadas de libertad los acogió de modo "ejemplar". Así lo asegura Isabel Escartín, responsable de Pastoral Penitenciaria de Zaragoza, que añade que la respuesta de los presos estuvo a la altura.
"En cuanto llegaron, cogieron los carros de los enfermos, les acompañaron a rezar, a procesionar, a las eucaristías, a los baños de agua fría de la roca, a visitar todo, a hacer compras… Eran "su enfermo", su amigo…".
Y es que, el santuario de Lourdes sacó lo mejor de todos y se lo agradecen a la Virgen y a Jesús. De hecho, José Luis Sánchez, presidente de la Hospitalidad de Lourdes de Zaragoza, asegura que ese lugar posee una gracia especial, porque, "aunque a Jesús lo podemos encontrar en todas partes, el santuario del sur de Francia reúne una serie de cualidades que facilitan el acercamiento al cielo".
Diez bellas reflexiones de presos que han cuidado de los enfermos en Lourdes
"Iglesia en Aragón" ha tenido acceso a los apuntes que han escrito los siete presos que se han entregado a la atención a los enfermos. A continuación, las puedes leer. Los autores de estas palabras a corazón abierto han pedido quedar en el anonimato:
"Vivo estos días como una acción de gracias a Dios por el tiempo de cárcel, que me ha hecho crecer, reflexionar, estudiar. Estoy reforzado como persona. Estos días han sido una experiencia vital, una plenitud de amor".
"Es la primera vez en la vida que ayudo a alguien y ni me imaginaba que olvidaría mis males de preso, lejos de la familia, condenado, para ayudar a otros que están peor. No me gusta la comercialización del dolor".
“Me he sentido muy a gusto. Los enfermos me han enriquecido, porque el enfermo es el corazón de Lourdes. Me he tenido que superar porque no me gustaba ver el dolor, pero así he podido ver la presencia de Dios”.
"Pese a su mala salud, el matrimonio que he acompañado tiene fe y la ha compartido. Me siento flotando".
"Estar con las personas que nos necesitan me ha dado dignidad, respeto, solidaridad, me ha hecho
poner en mi acompañamiento alegría y calor. Estos días, he hecho amigos de los de verdad, de los que están ahí desinteresadamente".
"Tengo experiencia de trato con enfermos y sé que son momentos muy delicados. Hay que poner mucha delicadeza. Todas las celebraciones litúrgicas han llegado a lo más hondo de mí".
"Ya había estado en Lourdes, pero esto ha sido distinto. Estoy en la cárcel y me siento muy mal. Venir aquí ha sido una oportunidad que Dios me ha dado. Los enfermos me han marcado y me siento como si estuviera curándome".
"Mi enfermo me ha abierto los ojos. Creo en Dios, pero no practico. La convivencia del grupo nuestro fue inolvidable".
"He vivido una experiencia de comunidad en torno a Jesucristo. Doy gracias a Dios por la salud al ver cuánto sufren los enfermos".
"Doy las gracias a la Virgen, a la que le prometí cuando estaba enfermo que vendría a verla. Yo voy a Dios a través del hombre, de cada persona".