Así ha sido la aventura de la JMJ: desde Bayona a Panamá en velero

Un grupo de jóvenes franceses ha llegado a Panamá en velero después de cinco meses de viaje

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Un grupo de 32 jóvenes franceses, tres veleros, 5 meses de travesía y todo con el objetivo de llegar a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud. El viaje se le ocurrió a un expiloto de aviación, apasionado de los veleros, tras la JMJ de Cracovia, Polonia, y ha finalizado esta misma semana cuando han atracado en la costa panameña.

Esta historia publicada en Alfa y Omega, asegura que durante el viaje, más allá de la parte de aventura, también hubo tiempo para la misión, labor que desarrollaron principalmente en África.

Todo comenzó a finales de agosto en Bayona, donde monseñor Marc Alliet, responsable de la Pastoral Juvenil del episcopado francés, bendijo el proyecto en nombre de todos los obispos. A la mar se echaron desde el golfo de Brest el 31 de agosto después de recibir la bendición del obispo local.

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Primeros días

Los primeros 15 días la comitiva bordeó Francia, España y Portugal. En la península siguieron las huellas del apóstol hasta Santiago de Compostela y recalaron en el Santuario de Nuestra Señor de Fátima, en Portugal, para encomendar la travesía a la Virgen.

La siguiente etapa de la peregrinación tuvo lugar en Marruecos, donde se acercaron a la vida y el legado de Charles de Foucauld; y de allí, tras una breve estancia en las Islas Canarias, los jóvenes recalaron en Senegal y Dakar, donde animaron una misión hasta el mes de noviembre. Por último, la comitiva llegó a Cabo Verde y, seguidamente, zarparon el 5 de diciembre en dirección a Panamá. Por delante, tres semanas de navegación para cruzar 12.000 kilómetros del océano Atlántico.

Llegada a América

Los franceses avistaron primero Barbados y luego las Antillas Menores, y allí celebraron la Navidad. El 27 de diciembre reemprendieron la marcha para llegar a Panamá este martes, en un proyecto que convirtieron en «una gran aventura espiritual, humana y misionera», explicaron a Vatican News.

Así ha concluido el viaje, constantemente regado por el rezo del Santo Rosario, la Liturgia de las Horas y la meditación, y en el que les ha acompañado una talla de Nuestra Señora Santa María La Antigua, patrona de Panamá, que les regaló monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de la ciudad centroamericana, cuando se enteró de tan singular peregrinación.