Eduardo y Clara: el matrimonio de Madrid que llevó la palabra de Cristo a Taiwán con sus hijos: "Ningún día nos faltó de nada"
El matrimonio comparte en 'Navidad en Misión' su experiencia misionera al otro lado del planeta y cómo ha transmitido a sus hijos su labor en Taiwán: "Era como ponerme una venda en los ojos e ir un poco a la deriva"
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Eduardo García y Clara Esteban ya eran padres cuando se fueron de misión a un pueblo de aborígenes de Taiwán. Hace años que regresaron a Madrid, donde son profesores, y a lo largo de este tiempo han ampliado la familia de manera considerable hasta llegar a los ocho hijos.
En su momento dejaron sus trabajos, su casa y a su familia para dar a conocer la palabra de Cristo a casi 11.000 kilómetros de distancia. Una decisión que no debe ser nada fácil.
En Taiwán fueron testigos de todo tipo de problemas: abusos, alcoholismo, familias destruidas... Pero también vivieron historias de conversión.
"pese a no tener de todo podían ser felices”
Cuando se fueron de misión, el matrimonio ya tenía a su primera hija, Marta. Después Clara se quedó embarazada de la segunda hija. El tercero, Pablo, dio a luz en Taiwán. Una experiencia nada fácil, como ha contado Clara en 'Navidad en Misión'.
“Como madre fue bastante duro, era como ponerme una venda en los ojos e ir un poco a la deriva, con la certeza de que Dios iba por delante, y que sería obviamente un cambio muy grande cultural, de comida, sin saber muy bien donde íbamos a ir...”
Pese a que hace años regresaron a España, Eduardo y Clara han sabido transmitir a sus hijos la labor misionera que desarrollaban en Taiwán, centrada en dar a conocer a Jesús, pero también en ayudar a los más necesitados de la región. Lecciones que han ido aprendiendo a lo largo de todos estos años, y que también ponen en práctica en España.
“Una de las cosas más importantes es que hayan podido ver que para nosotros es importante Dios, que lo dejamos todo, y luego que ellos han podido experimentar la providencia de que Dios nunca nos ha dejado sin nada pese a que allí no trabajábamos. Ningún día nos faltó de nada, y experimentaron que pese a no tener de todo podían ser felices”, ha explicado Clara.
"Sabemos que Dios provee porque lo hemos experimentado"
Pese a las dificultades propias del idioma, de una cultura tan diferente o tener a sus seres queridos a miles de kilómetros, Eduardo y Clara nunca se sintieron solos. Aseguran que siempre sintieron el aliento de la oración de los que les quieren y por su parroquia, como apunta Eduardo.
“Sentimos que teníamos detrás una Iglesia que rezaba por nosotros y es lo que transmitimos a nuestros hijos, que somos un pueblo que caminamos y es importante descubrir lo que Dios nos quiere, que nos guía en el camino. Sabemos que Dios provee porque lo hemos experimentado. Uno piensa que va a dar y resulta que recibe mucho más de lo que da”, ha asegurado en 'Navidad en Misión'.
Desde hace años la misión de la familia de Eduardo y Clara está en España, un pueblo que necesita redescubrir a Dios en una sociedad cada vez más secularizada. En este periodo navideño en el que nos encontramos, intentan transmitir el verdadero sentido de la Navidad.
“Trabajamos en un colegio de Rivas en Madrid, el 'Santa Mónica', y vemos una gran vocación y una gran misión con los jóvenes, familias que nos encontramos... La misión continúa aquí”, ha recalcado Eduardo.