"Es tiempo de hombres y mujeres de Estado": Omella recoge las virtudes del buen político que enumeró Van Thuan
En la apertura de la Plenaria, Omella recoge las 'Bienaventuranzas del político' del cardenal vietnamita para exigir a los gobernantes superar las divisiones por el bien común
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, ha hecho referencia a la figura del cardenal vietnamita François-Xavier Nguyen Van Thuan (cardenal que fue perseguido por el régimen comunista del país asiático y nombrado por el Papa Francisco Venerable) para referirse a las cualidades que tiene que tener el político para servir a la sociedad de manera eficaz y con alma. El
En el discurso de apertura de la Asamblea Plenaria, en la que los obispos elegirán al nuevo secretario general del episcopado para el próximo lustro, Omella percibe que la clase política y su acción viven un periodo de atasco, lo que impide “encontrar soluciones a los graves problemas sociales”, que padece España en la actualidad, como la creciente desigualdad derivada de la crisis energética o de la inflación.
“No hay una voluntad de trabajo en común, a pesar de la insistencia en que el primer paso es la cooperación”, ha sostenido el también arzobispo de Barcelona. Para Omella, la estrategia del 'divide y vencerás” tan solo beneficia determinados intereses particulares, pero a juicio del presidente de la CEE ha de ser superada estas divisiones “en todos los ámbitos en favor de esa fraternidad tan necesaria en situaciones de dificultad. Sin embargo, hoy también queremos aprovechar la ocasión para agradecer de corazón la labor de los políticos de cualquier signo que trabajan por el bien común”, ha reivindicado Omella.
Las ocho virtudes del político
Ha sido al hilo de estas ideas cuando el responsable del episcopado español ha hecho referencia a las 'Bienaventuranzas del político' que proponía el cardenal François-Xavier Nguyen Van Thuan, y que Omella ha hecho suyas para instar a la clase política ponerlas en práctica.
1. Bienaventurado el político que tiene un elevado conocimiento y una profunda conciencia de su misión.
2. Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
3. Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
4. Bienaventurado el político que se mantiene fielmente coherente.
5. Bienaventurado el político que promueve la unidad y la defiende.
6. Bienaventurado el político que está radicalmente comprometido con la justicia.
7. Bienaventurado el político que sabe escuchar.
8. Bienaventurado el político que no tiene miedo a los votos y sirve siempre al bien común.
De esta manera, Omella alerta a los representantes públicos que vivimos tiempos para “hombres y mujeres de Estado que miran a largo plazo, de los que se atreven a tomar decisiones importantes para asegurar el bien y la prosperidad para las próximas generaciones y no el rédito partidista inmediato”, ha sostenido.