El estado en el que quedó un crucifijo tras el incendio en un rascacielos de Milán que dejó todo destruido

El pasado mes de agosto Milán vivió un episodio dramático tras arder en llamas uno de sus rascacielos. Si bien es cierto que el fuego no produjo daños personales, ya que los vecinos escaparon a tiempo del interior, el edificio quedó destruido con multitud de daños materiales.

Pero lo que más sorprendió de este suceso fue que uno de los materiales que se salvaron fue un crucifijo, lo que ha dejado impactado a buena parte de creyentes y ateos. Englobado entre estos últimos se encuentra el médico Lorenzo Spaggiari, que residía en la última planta del rascacielos junto a su familia.

Por su suerte para ellos, no se encontraban en la vivienda en el momento del incendio de manera casual, ya que en un primer momento la idea de su esposa era permanecer en casa: “El domingo mi mujer quiso quedarse en casa. Finalmente la convencí para ir a la playa de Liguria con los niños durante unas horas. Nunca había insistido. Si no hubiéramos salido, al estar por encima de las llamas que se habían desatado más abajo, habríamos quedado atrapados. A menudo, los fines de semana nos quedábamos a jugar y a descansar en el desván del decimonoveno piso. La coincidencia, gracias a la cual estamos vivos, nos perturbó”, revela en una entrevista concedida al diario italiano 'La Repubblica'.

Spaggiari es director de cirugía toráxica del Instituto Europeo del Cáncer y profesor de la Universidad de Milán. Calificaba de milagro el hecho de no estar en casa en aquel momento, pero también por que la cruz quedara prácticamente intacta pese a lo ocurrido.

“Soy un laico, todo está destruido y sólo se salva el crucifijo … Si fuera creyente, sentiría que estoy ante un milagro. Sin embargo, durante treinta años he operado a personas que padecían cáncer: los contornos de mi idea de la fe se han ido difuminando. Así que sólo puedo describir lo que vi como algo increíble”, explicaba.

El profesional sanitario daba detalles de cómo el edificio se quemaba sin que nadie pudiese evitarlo. Su vivienda quedó destruida: “En 200 metros cuadrados no sobresale ni un alfiler, y vi cómo se quemaba mi casa en la televisión en directo. El único objeto que ha salido de entre los escombros, en perfecto estado es esa pequeña cruz de oro que estaba dentro de una caja fuerte que quedó totalmente licuada. No se puede negar, mi familia está sacudida”.

Al contemplar el crucifijo, Lorenzo Spaggiari no dudó en salvaguardarla en una bolsa de plástico para evitar su deterioro.