La ACdP de Bilbao celebra las XIX Jornadas Católicos y Vida Pública: “Si tenemos la esperanza en Cristo, los miedos desaparecen”
Javier De Miguel, secretario de la asociación, explica en 'Ecclesia al Día' en qué consistirán estas jornadas que tienen por lema “La esperanza que no defrauda”

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El viernes comienzan las XIX Jornadas Católicos y Vida Pública en el País Vasco bajo el lema “La esperanza no defrauda”, acompañando al tema del Jubileo 2025. Los Centros de Bilbao y San Sebastián de la Asociación Católica de Propagandistas organizan este evento que se desarrollará los días 28 y 29 de marzo en el Palacio Euskalduna de Bilbao.
Javier De Miguel, secretario de la Asociación Católica de Propagandistas de Bilbao, ha estado en 'Ecclesia al Día' para explicar por qué se celebran estas jornadas: “Siguiendo las indicaciones del Santo Padre, tenemos que recordar que todos los católicos del mundo vivimos un acontecimiento especial como es el año jubilar y eso requiere acciones especiales como esta”.
Sobre el lema, “La esperanza no defrauda”, De Miguel ha señalado que como vivimos en momentos de incertidumbre y de miedo, “hay muchas personas desesperanzadas que lo que necesitan es esperanza de la que no defrauda, que no esté puesta en lo efímero, en lo momentáneo o en lo caduco”.
“LOS LAICOS TIENEN QUE IR A CONTRACORRIENTE”
Javier De Miguel asegura que “en estos tiempos se cuestiona todo, ya no solo lo que hacemos, sino también lo que somos”. “Hay un claro proceso de deconstrucción de lo humano y por eso se necesita más que nunca una propuesta para superar este reto y dar esperanza”, añade.

“Si nosotros tenemos la esperanza en Cristo, me parece que los miedos se disipan o desaparecen”, afirma el secretario de la Asociación Católica de Propagandistas de Bilbao sobre la importancia de estas jornadas, señalando además que “las ideologías, las incertidumbres y los miedos no pueden condicionar ni paralizar nuestra actuación. Tiene que estar muy clara”.
“El contexto no nos tiene que importar tanto porque la Iglesia ha sido siempre la voz discordante y, por tanto, ha sido y será perseguida”, asegura De Miguel, que añade: “Los laicos tendrán que asumir ese protagonismo en la sociedad de ir contracorriente aunque conlleve renuncias y persecuciones, pero es que eso es algo secundario en nuestras obligaciones como cristianos”.