Un albergue en Santiago para que nadie quede en la cuneta

Irene Pozo y Ana Medina trasladan "Ecclesia al día" hasta Santiago de Compostela, hasta un albergue que ofrece techo, comida y ayuda a quienes menos tienen

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Más de 55 años lleva funcionando este albergue para prestar acogida de día y de noche, alimentación, asistencia, asesoramiento y formación junto al Centro Cultural Social Juan XXIII para las personas que menos tienen. En los últimos tres años han asignado 17.500 camas a personas necesitadas, material escolar a más de 100 niños y cerca de 7.000 packs de alimentación, aparte de cenas, duchas, atención en ropero, formación básica… Desde allí, contacta con el programa Fray Miguel de la Mata Merayo, director del albergue y secretario general del Instituto Teológico Compostelano y de la Unión de Frailes Menores de Europa.

«Nace por iniciativa de la Comunidad Franciscana, que lleva en su corazón la presencia en el mundo de los pobres a ejemplo de san Francisco. Es una presencia de cercanía, generosa, para devolver la dignidad perdida, porque la pobreza implica, muchas veces, esa pérdida también, además de la material», cuenta Fray Miguel. «Sobre todo desde la pandemia se está notando que las necesidades aumentan y cada vez hay más personas que se acercan a nosotros solicitando ayuda, eso nos interpela a los que creemos que son los preferidos de Dios, pero también todos, a toda la sociedad, porque los pobres nos pertenecen a todos, son una parte importante de la sociedad y no podemos prescindir de ayudarles. Al final, todos somos susceptibles de llegar a una situación similar por circunstancias de la propia vida».

Desde el albergue y el Centro Cultural y Social Juan XXIII se les ofrece una asistencia integral, «primero la acogida de las personas sin techo, que fue cómo nació esta casa, pero hemos ido ampliando nuestra oferta y tenemos una entrevista con ellos, conocemos sus necesidades y vemos el modo de asesorarlos para avanzar en su vida. Se ofrece también servicio de cenas, alimentación básica a personas y familias, formación... para que, en la primera etapa de su estancia entre nosotros, especialmente los migrantes, puedan formarse para cuando llegue el momento de poder encontrar un trabajo» explica Fray Miguel.

Los espectadores también escuchan a algunas personas que forman parte de la historia del Albergue Juan XXIII. Uno de ellos es Alberto, quien entró a hacer uso del recurso de acogida nocturna en 2020, unos días sólo antes del estado de alarma por la pandemia. Se acababa de quedar en paro y no disponía de recursos, y gracias al albergue, pudo recuperar su vida. También da voz el programa a Beto, quien llegó hasta vosotros en junio del 2020 por el Departamento Social. Él es dominicano, y vino buscando un futuro mejor en España. El arraigo le exigía unos requisitos complicados y en los que encontró ayuda en el albergue Juan XXIII.

Fray Miguel de la Mata Merayo, director del albergue Juan XXIII, ofrece un acercamiento a este precioso hogar franciscano para quienes menos tienen. «Cristo está entre nosotros y se le puede reconocer de manera más clara en el rostro de los necesitados. Esa es la verdadera periferia, que muchas veces está a la puerta de casa, a la vuelta de la esquina».

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