Las iglesias, más seguras que los establecimientos hosteleros pese a sufrir más restricciones
En 'Aleluya' hemos salido a la calle para comprobar las medidas de seguridad que toman las parroquias para evitar contagios, mientras en los bares la relajación es mayor
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Mascarillas, distancia de seguridad en la bancada de al menos dos metros y mucho gel hidroalcohólico. Es lo que te encuentras si asistes a la parroquia de San Ildefonso y de los Santos Justo y Pastor, ubicado en pleno centro de Madrid. Pero esta imagen se repite en cada templo de nuestro país, para de esta manera evitar los rebrotes de covid-19, que tanto ha alterado nuestras vidas en los últimos meses.
Los bares, con menos restricciones que las iglesias
Lo cierto es que los templos religiosos son uno de los espacios donde con mayor efectividad se cumplen las medidas dictadas por las administraciones públicas, tal y como hemos reflejado en un vídeo grabado por COPE.es para el canal 'Aleluya'. Por ello, muchos no comprenden cómo es posible que se haya puesto el foco como lugar de peligro las iglesias y no los establecimientos hosteleros, por ejemplo.
Basta con comprobar las últimas medidas restrictivas impuestas por la Comunidad de Madrid en buena parte del territorio. Si el aforo permitido en los locales comerciales y hosteleros pueden llegar al 50% del aforo permitido tanto en el interior como en el exterior del negocio, los lugares de culto no pueden superar un tercio del aforo.
A ello se suma la obligatoriedad de mantener una distancia de dos metros en las iglesias, mientras que en bares y restaurantes las reuniones pueden alcanzar las seis personas. Una realidad que también sorprende al párroco de San Ildefonso y de los Santos Justo y Pastor, el Padre Pedro Luis López en declaraciones a 'Aleluya'.
“Es curioso. Parece que desde el primer momento solo en las iglesias se corre el peligro de contagiarse. Es un virus, pero no un virus anticlerical, en ese caso si tendríamos que cerrar a cal y canto. El virus puede estar en cualquier sitio, en iglesias, bares, supermercados... Yo he estado hoy en el supermercado y no es que estén apelotonados, pero hay más gente que en las iglesias y no se pone tanto el foco en ellos”, comenta el sacerdote.
Una realidad que también se puede comprobar en el vídeo realizado por esta casa, en el que se puede presenciar terrazas donde los clientes se reúnen sin mascarilla y sin mantener la distancia. Una diferencia notable respecto a esta parroquia madrileña, que en la puerta de entrada informa en un cartel sobre las limitaciones a cumplir: “Aforo limitado. 135 personas. Por favor, mantenga la distancia de seguridad de 2 metros”.
Los feligreses cumplen con las medidas de seguridad
Unas indicaciones que, con creces, sí que cumplen los feligreses de la parroquia, donde se puede presenciar cómo en una bancada tan solo ocupan su lugar dos personas o tres como máximo, manteniendo la distancia con su pertinente mascarilla.
Para velar por la seguridad de todos, el Padre Pedro Luis vigila que todo funcione con normalidad, dentro de la anormalidad: “Procuro que no se amontonen. De hecho, tengo en la puerta a indigentes que, cuando quieren pasar a la parroquia para pedirme, les tengo preparado un paquete de mascarillas en la puerta para que se la pongan antes de entrar. Todos tienen que tener puesta la mascarilla y lavarse con gel”, explica el sacerdote.
En cuanto la comunión, el sacerdote recomienda (que no obliga) a hacerla con la mano. Gracias al buen hacer del párroco, a día de hoy no se ha registrado ningún caso de coronavirus en San Ildefonso y de los Santos Justo y Pastor: “Espero que Dios nos siga protegiendo”.
"Echo de menos a algunos feligreses que no vienen por miedo"
Pese a que las iglesias son un lugar seguro, el Padre Pedro Luis López reconoce que sigue echando en falta a muchos feligreses que frecuentaban la misa antes de la pandemia: “La verdad es que desde que reabrimos a finales de mayo, nunca hemos llegado al aforo permitido, que fue del 50% al principio y luego fue aumentando. Cuando hemos estado al 75%, solo un día llegamos a esta cifra. Ahora hemos vuelto a bajar a 135 personas. Tenemos varias misas a lo largo de la mañana del domingo y no hay problema. Pero hay gente que no viene por temor. El miedo es libre”, reflexiona.
Pero lo que está claro es que, con pandemia o sin pandemia, asistir a misa es imprescindible para los cristianos: “Es el centro de la vida cristiana, el principio y el final de todo”, apunta el párroco. Una opinión que secundan los asistentes a la misa.
“Durante el confinamiento estuvimos encerrados y no podíamos venir a la iglesia, pero desde que se puede venir no falto ni un día al Rosario y a la misa. Tengo la ayuda del Señor, al que le doy las gracias desde que me levanto y hasta que me acuesto. Soy feliz viniendo a la iglesia”, comenta una feligresa.
“Me costó tras el Estado de Alarma venir a misa, pero cogí la rutina y los domingos no fallo nunca. Me siento seguro viniendo con las medidas de protección. Hay mucho gel a la entrada y la salida. Hago uso de ello siempre”, detalla un feligrés.
"El virus no nos separará del amor de Dios"
Y es que, como manifiesta el Padre Pedro Luis López, la pandemia es una oportunidad “para implorar y suplicar al buen Dios para que se compadezca. Todos los días añado una petición especial a Dios para que nos libre del miedo, poruqe el miedo está unido a una fe débil. A más fe, menos miedo. Cuanto más fuerte sea nuestra fe, más se disipa el miedo. Como decía el apóstol: ¿Quien nos separará del amor de Dios? Ni el virus, ni nada ni nadie”.