Ana Iris Simón destaca la orfandad de sentido que vive hoy la sociedad

Varios fueron los temas que esta mañana han centrado el coloquio sobre los jóvenes de hoy, en el II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática organizado por la Fundación Pablo VI. Bajo el título Jóvenes y futuro: tres miradas a una sociedad posmoderna, Ana Iris Simón, periodista y escritora; Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y Diego S. Garrocho, vicedecano de Investigación de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

La vida, las expectativas de los jóvenes, la economía, la familia, el feminismo… diferentes cuestiones en los que cada una se ha ido expresando con libertad, creando un ambiente plural y sereno. “Me apena que parece que nos estamos cargando todo aquello que consiguieron aquellos que vivieron peor que nosotros. La generación de mis padres vivió una lógica ascendente. Nosotros hoy son creímos el mito del mercado: estudia tres másteres, estudia inglés y tendrás un hueco para ti. Pero no es verdad», ha dicho Ana Iris Simón, recordando que el progreso ascendente y la confianza que se tuvo hace años ya no se puede tener actualmente. Por esta razón, ha lamentado que la sociedad está derrumbando los derechos laborales que las anteriores generaciones “tardaron mucho tiempo en construir: Antes te despedían y te pagaban 45 días por año. Ahora solo 33 días”. Para la escritora hay ciertas áreas (como la del despido laboral) donde es muy tangible que el progreso era lineal.

Además, la escritora ha evidenciado la orfandad de sentido que vive la sociedad y que "no es patrimonio de la juventud sino también de aquellos que nos han educado en ella”.

Su experiencia personal

“En la Iglesia, en tanto que es una institución humana, se dan cosas que no nos gustan. ¿Por ello hay que ir contra la Iglesia? Hay que comprender que como institución humana ha de parecerse lo más posible a esa idea divina de lo que debe de ser”, ha asegurado, recordando también que ella ha vivido un proceso de fe diferente porque su familia es atea y ha querido hacer la Primera Comunión, confesarse y recibir el sacramento de la Confirmación.

Además, ante el tema de la familia, Ana Iris Simón ha reconocido que “en la derecha liberal se hace una sólida defensa de la familia, pero luego no se lleva a la práctica. En la izquierda, sin embargo, se es muy beligerante con la familia en su discurso, pero luego se trabaja por ella”.

Un mundo más habitable

Por su parte, la catedrática Amelia Valcárcel se ha mostrado en desacuerdo con los dos jóvenes y les ha recordado que “este mundo es mucho más habitable que antes. La juventud puede plantar los buenos valores allí donde van”.

El principal problema de nuestro mundo es que la opinión se está solapando con la publicidad. Vivimos en un mundo con demasiada presencia de la publicidad y todo se parece a ella, incluso el pensamiento. Un mundo donde la reflexión seria como exige tiempo se transforma y se pide que sea rápida. Eso solo se puede hacer con eslóganes”, ha indicado.

Además, ha expresado que “nunca el mundo ha estado tan lleno de buenas causas como el nuestro porque la democracia es una gran maestra moral”. Ante el tema de la familia ha reconocido que “no sería sensato renunciar a una estructura como la familia, pero las condiciones económicas son las que son”.

Por otro lado, ha recordado que “vivimos en una sociedad feminista”. Y, en otro orden, ha reconocido que “no sería sensato renunciar a una estructura como la familia, pero las condiciones económicas son las que son”. En el mundo actual “todavía las mujeres sufren demasiadas situaciones subordinadas y de violencia” y es necesario “luchar por abolir esas situaciones. Y eso es feminismo”.

“No hemos sido capaces de renovar el pacto social”

El profesor Diego Garrocho ha indicado que hoy “hay una sed de rumbo y de destino vital a largo plazo. Uno no puede construir un sentido vital con una semana de proyecto". Por eso, ha alertado de la fatiga espiritual que viven hoy los ciudadanos, porque estamos en un “tiempo de desesperanza”: “Mi madre vivió peor que yo, pero en una lógica con un pacto social más o menos estable. Hoy vivimos en una condición de incertidumbre. El fracaso de la nueva política es que no hemos sido capaces de renovar el pacto social”.

Tras describir a los jóvenes por sus principios y valores, ha expresado que “hubo un tiempo en el que la posmodernidad podría ser relativista, pero ahora es fundamentalista”. “No es grave que exista polarización (en la sociedad), lo grave son los extremos de esos polos”, ha indicado.