Argüello advierte sobre el creciente desapego a los valores cristianos: "Un virus que nos contagia a todos"
El Secretario General de la CEE asegura que el espacio abandonado por el cristianismoda lugar a un creciente relativismo, nihilismo e individualismo
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El Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, ha alertado sobre el creciente desapego a los valores cristianos por parte de buena parte de la sociedad, que está dando lugar, apunta el portavoz de los obispos, a un mayor “relativismo” (todo es igual), a un auge de la corriente nihilista en la que “nada vale” y a una “autonomía del sentimiento”, que da lugar a la filosofía del “derecho a tener derechos”.
Una pérdida de los valores cristianos que, el también obispo auxiliar de Valladolid, define en su cuenta de Twitter como un “virus que nos contagian a todos y contra los que no hay vacunas”.
En el tuit que ha publicado en las últimas horas Mons. Argüello no especifica casos concretos que han llevado al Secretario General del episcopado a realizar dichas manifestaciones, si bien es cierto que, en reiteradas ocasiones, la Iglesia española y universal ha advertido sobre los peligros que acechan a la sociedad.
Ejemplo de ello es la ‘cultura del descarte’ que denunció el Papa Francisco en la entrevista que el pasado 1 de septiembre concedió a Carlos Herrera, donde atribuía medidas como la regulación de la eutanasia o del aborto en un marco donde “lo que no sirve, se descarta. Los viejos, los enfermos terminales y los niños no queridos se eliminan antes de nacer”.
Otro de los males a los que se enfrenta la sociedad actual es el creciente individualismo, lo que propicia el consumismo. El Papa Francisco ha manifestado en algunas ocasiones que la familia está herida, vive en una sociedad egoísta y consumista que alimenta a una masa de hombres y mujeres solos e infelices.
“Vivimos en una paradoja, vemos tantas casas de lujo y edificios de gran altura, pero menos calor de hogar y de familia; muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para vivir lo que se ha logrado; tantos medios sofisticados de diversión, pero cada vez más un profundo vacío en el corazón”.