Argüello reflexiona sobre el reto vocacional en la cultura de hoy: "No podemos perder la referencia"
El presidente de la Conferencia Episcopal ha participado en el encuentro con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas
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El presidente de la Conferencia Episcopal Española ha participado en el encuentro celebrado en el Seminario Conciliar de Madrid con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas que organiza la archidiócesis madrileña.
Luis Argüello ha abordado el reto vocacional en la cultura actual con el objetivo de generar un ámbito de escucha y diálogo que lleve a un mejor discernimiento en el Espíritu, y que se desarrollará con mayor amplitud en el Congreso Nacional de Vocaciones que tendrá lugar en febrero de 2025.
Argüello ha comenzado su alocución recordando que Jesús ha resucitado, un hecho que conviene recordar “porque parece que la losa del sepulcro tiene más fuerza que la presencia de Dios resucitado”, ha comentado.
A juicio del presidente del episcopado español, el objetivo es promover la vida como vocación, haciendo alusión a las palabras del Papa Francisco en la JMJ de Lisboa el pasado mes de agosto, en el que recordaba a los jóvenes “que no están aquí por casualidad, el Señor les llamó desde el comienzo de sus vidas por sus nombres porque somos amados. En la JMJ el Papa nos pedía reconocer esta realidad de la llamada de Dios. Dios te llama, Dios me ama. La vocación no se pierde, la vocación se es”, asegura el arzobispo de Valladolid.
Argüello ha hecho hincapié en el desafío cultural que tiene la Iglesia, en un contexto de escisión antropológica entre el 'yo' y el 'cuerpo', “hasta el punto de decir con mi cuerpo puedo hacer lo que quiero, hasta el punto de pensar que el cuerpo es un territorio sobre el que actúo, sobre el que mercadeo, sobre el que trato de llevar a cabo los deseos que pueda plantear. Somos cuerpo de Dios, no tenemos vocación, somos vocación”, ha insistido.
Para el presidente de la CEE, el ser vocación para participar en la santidad de Dios “tiene una potencialidad inmensa que puede expresarse y desarrollarse en las múltiples relaciones que se desarrollan en la vida de diversas maneras, pero sin perder la referencia de ese yo vocacional”, ha agregado.
También ha hecho alusión a las palabas de Juan Pablo II cuando dibujaba al hombre si vocación como una característica de la época que nos toca vivir: “El planteamiento de la vida como vocación es un desafío eclesial y social. Vivimos en un extraordinario cambio de época que fundamentalmente tiene sus puntos focales en lo que se refiere a la experiencia de vida cristiana en tres aspectos de nuestra vida: cómo nos planteamos la relación entre libertad y gracia; cómo nos planteamos la relación entre formar parte de la Iglesia y de la sociedad y cómo nos planteamos vivir la historia y meter nuestras manos en la historia y sabernos peregrinos hacia la vida eterna”, ha continuado argumentando Argüello.