El arzobispo castrense revela en TRECE la principal demanda del Ejército: "Acompañarles y escucharles"
Mons. Juan Antonio Aznárez ha pasado por el programa 'Ecclesia' dos semanas después de su toma de posesión: "El nombramiento me pilló de sorpresa. Estoy a gusto"
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Dos semanas de tomar posesión como arzobispo castrense, Mons. Juan Antonio Aznárez ha sido entrevistado en el programa 'Ecclesia' de TRECE, para compartir con los espectadores sus primeras impresiones en esta diócesis particular.
“La toma de posesión la viví bien, arropado y a gusto. Me sorprendió el nombramiento. Era consciente, porque muchos de mis compañeros auxiliares estaban siendo nombrados titulares de las diócesis, y sabía que me podían mandar a otra. Lo que no se me pasaba por la cabeza es que fuera esta diócesis concreta”, ha admitido en 'Ecclesia'.
Mons. Aznárez ha recordado que conoció la noticia de su nombramiento en una visita a sus padres, ya mayores, entrando en el portal: “Me llamó el Nuncio y me dio la noticia. Fue una sorpresa. Ya por mi trayectoria y por cómo he vivido el ministerio no se me pasó por la cabeza. Fue una sorpresa total. Necesitas un tiempo para asimilarlo”, ha expresado.
Nacido en Eibar, con trece años su familia se trasladó a Tudela, de tal manera que la vida sacerdotal del actual arzobispo castrense se ha desarrollado en Navarra. Ahora, con 61 años, toca cambiar de aires.
Por razones de edad, no es la primera vez que Juan Antonio Aznárez tiene vínculos con el ejército, ya que fue una de las últimas generaciones en realizar el servicio militar obligatorio, lo que conocíamos como la 'Mili'. La realizó en Alicante y Valencia, antes de entrar en el seminario: “Me tocó hacer el campamento en Alicante un mes y luego en Valencia estuve en una unidad de caballería, en los carros de combate. Allí me hicieron cabo y fui almacenista y tirador de carros de combate, aunque no tiramos muchos proyectiles”, revela.
En cuanto a la labor que desempeña un arzobispo castrense, afirma que es la de ser “pastor y padre” hacia sus diocesanos, que son los miembros del Ejército de Tierra, la Armada, Ejército del Aire, Policía Naciona, Guardia Civil y sus familias: “Es una diócesis amplia. La labor es pastorear. Una función es cuidar a los capellanes para que a su vez cuiden a sus fieles. Acompañarles, estar cerca de las personas, escucharles, el tema sacramental, el anuncio del Evangelio.... y por lo que me dicen, tiene una fuerza especial en las misiones, cuando estás en zonas de riesgo de perder la vida”, ha detallado Mons. Aznárez.
Preguntado por lo que demandan los diocesanos a un castrense ha explicado que lo más importante, máxime tras un año sin esta figura tras el fallecimiento en enero del pasado año de Mons. Juan del Río a causa de la covid-19, es que se sientan acogidos: “Lo que se nos pide es estar disponible y servir en la escucha, el acompañamiento, la enseñanza, el tema sacramental y especialmente el anuncio del Evangelio”.
Asimismo, ha elogiado el trabajo que desempeña Cáritas Castrense, de reciente creación, y que detecta las necesidades de las personas vinculadas a la diócesis: “Por ejemplo en la soledad, necesidades materiales y familiares que atraviesan familias cuando el militar está en misión durante meses. Ayuda a gente que por una razón u otra está necesitada de atención psicológica o acompañamiento. Es ir detectando necesidades y salir al paso de ellas”, ha indicado en TRECE el arzobispo castrense.