El arzobispo de Sevilla, optimista de cara a una Semana Santa con procesiones tras el éxito del Gran Poder
El traslado del 'Señor de Sevilla' a Los Pajaritos no elevó los casos de contagios por covid-19, lo que ha hecho que el optimismo se dispare, aunque Saiz Meneses pide prudencia
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses, se ha mostrado muy optimista de cara a que en la Semana Santa de 2022 las procesiones puedan hacer su tradicional estación de penitencia, tras dos años sin poder hacerlo como consecuencia de la pandemia.
El titular de la Archidiócesis ha celebrado que la misión evangelizadora que durante tres semanas ha realizado el Gran Poder en la capital hispalense por Los Pajaritos, uno de los barrios más pobres de Sevilla, España y Europa, haya resultado ser un éxito y no haya supuesto un repunte de contagios por covid-19.
“El 14 de septiembre firmé un decreto con el cual autorizaba la vuelta del culto público y, a posteriori, es fácil hablar y felicitarnos porque las cosas están funcionando bien, pero en aquel momento no sabíamos si con las procesiones habría brotes”, ha explicado.
En este sentido, Mons. Saiz Meneses ha recordado que el próximo 7 de diciembre Sevilla celebrará una nueva procesión extraordinaria con motivo del 75 aniversario de la declaración de la Virgen de los Reyes como patrona de la capital de Andalucía y de su Archidiócesis: “Yo creo que si la procesión va bien, la Semana Santa quedará enfocada, que es la pregunta que hay en Sevilla”, apunta con una sonrisa de complicidad.
En cualquier caso, Meneses ha vuelto a pedir “prudencia, disciplina y seriedad, ya que en la procesión del Gran Poder casi todo el mundo llevaba mascarilla”.
El prelado además se ha mostrado muy emocionado por el efecto que ha tenido para la ciudad la misión evangelizadora de la Hermandad del Gran Poder desde el 16 de octubre y hasta el 6 de noviembre, que llevó al 'Señor de Sevilla' a uno de los barrios con mayor índice de pobreza de Europa.
“Vi esas caras de ternura, de esperanza y de alegría porque el Gran Poder fue a visitarles. Ha sido en Sevilla algo revolucionario, de trascendencia y ha servido para hermanar. Ha revitalizado la obra social que llevan las hermandades en Sevilla y que es muy importante”.
A juicio del arzobispo de Sevilla, “se ha unido la verticalidad y la horizontalidad, es decir, la contemplación del hijo de Dios encarnado y que tiene una fuerza enorme en Sevilla, pero también la dimensión horizontal de hermanamiento entre personas y entre los barrios. El Gran Poder se ha quedado en el corazón de todos los sevillanos”, sostiene.
“Se ha vivido esa misión contemplativa de oración y de fraternidad, que ha servido para regenerar y oxigenar las relaciones humanas y entre barrios. Hay que estar en Sevilla para verlo”, ha reflexionado.