Así está presente el demonio: "Su victoria es destruir a la persona porque no puede destruir a Dios"

El exorcista Eduardo Toraño ha explicado cómo actúa el demonio en el mundo de hoy, y ha defendido incluir el exorcismo en la Pastoral del Consuelo para acompañar a las personas

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Redacción Religión

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La película 'Nefarious' ha llegado a España, y con ello ha crecido la curiosidad nuevamente sobre los exorcismos y la presencia del demonio. Un filme que ha reivindicado el sacerdote y exorcista de la archidiócesis de Madrid, Eduardo Toraño, en el programa 'ECCLESIA' de TRECE, señalando que lo que más destacaría es cómo el demonio “actúa en el mundo de manera oculta”

“Esta película es distinta, porque las que conocemos son más del género de terror, y esta es de reflexión, un diálogo entre un poseído y un psiquiatra, con un contenido que no va a la escenografía que se sale fuera de lo normal, sino que entra en los profundo de la realidad del demonio hoy mismo”, ha explicado.

Toraño ha precisado, sin destripar el contenido de 'Nefarious', que parte de una ficción, en el que el protagonista es un asesino múltiple condenado a cadena perpetua y un psiquiatra tiene que valorarle: “La ficción está en que el demonio no puede tomar la voluntad de una persona hasta tranformarle en un asesino múltiple. El demonio lo que hace cuando posee es tomar la parte psicoafectiva y el cuerpo, pero los toma en momentos concretos, no arrebatando a la persona, no puede interferir en la voluntad, no le puede quitar la libertad”, ha detallado el sacerdote.

En este sentido, el exorcista ha advertido que “la victoria del demonio es destruir a la persona porque no puede destruir a Dios. Su acción es perversa”.

Mente, cuerpo o infectación: las formas de actuar del demonio

La tentación, ha subrayado, es una fe las formas en las que actúa el demonio, induciéndonos al mal: “Nos seduce para que a través de la mentira caigamos en el pecado, que es su gran victoria porque nos enfrenta a Dios”.

Pero más allá de la tentación, Eduardo Toraño ha enumerado los distintos grados de gravedad en los que actúa el demonio, y que acordó la Asociación Internacional de Exorcistas.

“El menor grado de gravedad es la infectación, que afecta a lugares, objetos y animales. El demonio aquí buca perturbar a la persona de manera indirecta mediante ruidos extraños u objetos maleficados”, ha manifestado.

Luego estaría la vejación, que afecta al cuerpo: “Una persona puede sentir una enfermedad o un dolor. Esas personas suelen tener arañazos o moratones sin explicación natural”, ha expresado.

Otro paso más sería el que afecta a la mente mediante la obsesión: “Ataca a la imaginación y entra en el pensamiento de la persona y en su memoria sensible”, ha continuado argumentando el sacerdote de la archidiócesis de Madrid.

Ya como una de las actuaciones más graves, estaría la posesión, en la que el demonio toma el cuerpo de la persona en algunos momentos, sobre todo cuando hay una aparición de Dios muy fuerte como en una oración, adoración o incluso un exorcismo: “En un momento dado, el demonio salta y actúa, se manifiesta con violencia extrema, de manera incontrolada, es la forma más graves”, ha explicado.

"El demonio busca destrozar a la persona mostrándonos un bien"

Eduardo Toraño ha alertado que cuando recurrimos a la brujería, hechicería, satanismo o a terapias alternativas tan de moda en nuestro tiempo, es cuando estamos propiciando la entrada de Satanás, ya que el satanismo, argumenta el exorcista, “busca a través de poderes ocultos un beneficio”.

“El demonio busca destrozar a la persona, pero como engaña, su estrategia es mostrarnos un bien, que es apetecible como el curarse, pero detrás encierra un mal. Por ejemplo el aborto se presenta como un bien, como un derecho de la mujer, pero oculta una mentira que es la muerte de la vida que lleva dentro, y lo más grave es el trauma que le queda a la mujer. El demonio engaña a través de un bien aparente”, ha advertido en TRECE.

"Todo sacerdote debe estar formado"

Ante la presencia del demonio en nuestra sociedad, el sacerdote propone introducir en la pastoral ordinaria de la Iglesia el tratamiento de esto temas para que las personas se vean acogidas en su sufrimiento: “Todo sacerdote sería como médico de familia, donde se acoge a todos. Ahí el médico de familia intenta tratar todas las cosas y lo que se le escapa manda al especialista. Todo sacerdote debe estar formado en esto pero no hay formación sobre esto, porque no se le quiere dar tanta importancia al demonio porque el objeto de fe es Dios, pero el demonio actúa y hay que conocer su manera de hacerlo”, ha puntualizado.

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