Así vivió la Iglesia los atentados de Atocha el 11-M: "Las ideas no se imponen"
Han pasado 18 años, pero aún nos sigue sobrecogiendo el sonido de las explosiones en los vagones que dejó 191 muertos y cientos de heridos
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Han pasado 18 años, pero aún nos sigue sobrecogiendo el sonido de las explosiones en los vagones, el pánico de la gente o las imágenes de pasajeros y viandantes contemplando trozos de personas en el suelo. Imágenes que permanecen en la retina y que corresponden al fatídico 11 de marzo de 2004, cuando el atentado perpetrado por el terrorismo islámico en las estaciones madrileñas de Atocha y Santa Eugenia dejaron cientos de heridos y, lo que es peor, 191 víctimas mortales.
Se trataba del mayor ataque terrorista que había sufrido España. En la cadena COPE fue el periodista Paco Ventura el primero en ofrecer la noticia. Fue en el informativo local de Madrid, cuando conectó con Lucía Méndez, que asistía desde la terraza de su domicilio lo que estaba ocurriendo. “Estoy viendo desde la ventana un tren de cercanías con dos vagones reventados”, exponía la periodista.
En un primer momento se pensaba en la autoría de ETA
La confusión sobre la autoría de las bombas marcó las primeras horas. La mayoría de los medios de comunicación otogaban la autoría del atentado a la banda terrorista ETA, con el objetivo de hacerse presente en la víspera de las elecciones generales, que se celebraban el domingo 14 de marzo de 2004.
“Aunque estemos en las elecciones eso me da exactamente lo mismo, yo creo que ha sido por eso, porque como ya falta poco, yo creo que se han pasado tres pueblos”, comentaba una ciudadana para COPE.
“Saben que van a perder y van a perder los que han hecho esto. Hacerlo cuando iba la gente a trabajar, son muy malas personas los de ETA, y los políticos no dan la imagen que debiera. Es una barbaridad, no hay palabras, ya es el colmo y una gran tristeza", opinaba otro.
Pero no solo el ciudadano de a pie, también en las primeras misas-funerales celebradas en memoria de las víctimas, como la oficiada por el Arzobispo de Valladolid en 2004, Mons. Braulio Rodríguez, se exigía a ETA poner fin al terror.
“Las muertes justas no lo serán nunca, ni aunque muriéramos todos por su barbarie. Si quieren conseguir la autodeterminación, que se liberen ellos mismos que llevan la violencia y el fanatismo por donde van y donde vivan. Son enfermos, cobardes y dignos de lastima", reflexionaba Mons. Braulio Rodriguez en su homilía.
El cardenal Rouco Varela pedía una oración esperanzada por las víctimas
Pero los ideólogos y ejecutares del plan pertenecían al terrorismo islámico, a Al Qaeda. El por entonces Arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, en una misa oficiada en la parroquia de San Raimundo de Peñafort tres días después de lo ocurrido, apelaba a la oración serena y esperanzada.
"Después de estos tres días de luto, después del dolor compartidos por personas de bien de dentro y fuera de España ha llegado la hora de la oración serena, confiada y esperanzada", apuntaba el cardenal, que pedía a los fieles recordar a los familiares de las víctimas, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y sanitarios.
“En nuestras plegarias no podemos olvidar a todos los que ha colaborado en la prestación de los primeros auxilios a los afectados por las explosiones y la asistencia inmediata a los heridos y a los familiares de las victimas, las fuerzas de seguridad del estado, los funcionarios y el personal sanitario ejemplar y su entrega profesional humana y cristiana".
El mensaje del Papa Juan Pablo II a los madrileños
No solo la Iglesia española, también el Papa Juan Pablo II se sumaba a este mensaje de cariño y recuerdo a las víctimas del atentado. Lo hizo después de una misa oficiada en la Basílica de San Pedro del Vaticano, en la que beatificó a dos religiosas españolas.
“El ejemplo y la intercesión de las nuevas beatas nos ayuden a seguir las huellas de Jesucristo, siendo instrumentos de su misericordia y colaboradoras de la Providencia. Asimismo aliento a mantener la esperanza, el ánimo y la generosidad ante el dolor de tantas familias, del pueblo de Madrid y de toda España por el reciente atentado terrorista. ¡El amor es más fuerte que el odio y la muerte!".
Así fue la misa-funeral en la Almudena, a la que asistió la Casa Real
Ya en la misa-funeral oficiada en la Catedral de la Almudena por las víctimas de los atentados que tuvo lugar el 24 de marzo de 2004, a la que asistieron entre otros la Casa Real al completo, el cardenal Rouco Varela, subrayaba en la homilía que a los asesinos les esperaba la muerte eterna.
"Qué será de los asesinos desalmados que han causado, que fueron ejecutores e indultores de la misma. Aparte de lo que les depare la justicia, si no se convierten y hacen penitencia lo que les espera es la perdición y la muerte eterna".
El cardenal pedía a todos responder a la violencia ciega y al odio humano con el poder fascinante del amor, venced la enemistad con la fuerza y el perdón frente a aquellos que tratan de atacar la convivencia, la concordia y la paz de los españoles.
"La forma de proyectar, disponer y actuar de los terroristas no puede ser calificada de otro modo que como la estrategia del odio, que portan sus entrañas el asesinato y la muerte, No hay que dejarse engañar con relación a la verdadera naturaleza de sus planes y objetivos últimos, los terroristas se han propuesto atacar y dañar profundamente la convivencia, la concordia y la paz de los españoles... Responder a la violencia ciega y al odio humano con el poder fascinante del amor, venced la enemistad con la fuerza y el perdón, manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo e intolerancia, testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen sino que se proponen. Nunca os dejéis desalentar por el mal…"