El bullying de hoy es online y anónimo: "Agujerea la moral leer insultos cuando estás en tu cama con el móvil"

El auge de las redes sociales ha hecho incrementar los casos de ciberacoso. Un vehículo más difícil de controlar que el acoso físico y con efectos devastadores para las víctimas

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El bullying de hoy es online y anónimo: "Agujerea la moral leer insultos cuando estás en tu cama con el móvil"

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Uno de cada cinco niños en España sufre bullying o ciberbullying, aunque no más del 15% de las víctimas deciden contarlo a sus padres o profesores.

Los síntomas más frecuentes que pueden presentar tanto quienes sufren acosos pueden ser físicos, pero también mentales: dolor abdominal, trastornos del sueño, cefalea, fatiga, neurosis secundaria, pérdida de apetito o de peso, mareos, vértigo, síntomas psicológicos, aumento de la ansiedad, depresión, baja autoestima, disminución del rendimiento escolar… y en el peor de los casos ideas suicidas.

Sin duda, es uno de los motivos por los que los menores padecen trastornos de salud mental. La mayor parte de estos acosos se producen en la escuela, aunque el auge de las redes sociales hace que el bullying se traslade al mundo digital, mientras está tumbado en la cama con el teléfono móvil.

Por ello, las administraciones y centros educativos han puesto en marcha programas de prevención y actuación para dar respuesta a estos casos. Insultos clásicos como llamar 'cuatro ojos' a quien leva gafas o 'gordo' a los compañeros con algún kilo de más pueden parecer comentarios inofensivos, pero que pueden amargar la infancia o adolescencia a quienes se sienten señalados por no cumplir con los estándares de belleza que marca la sociedad de hoy.

El entorno digital, el vehículo elegido por los acosadores

En cualquier caso, los métodos de acoso han cambiado entre los jóvenes: “Ahora no se dice tan habitualmente 'cuatro ojos', o gorda a una persona con sobrepeso. Eso sería más por redes sociales, al no estar delante. En el aula esas cosas no se dicen”, asegura en ECCLESIA Marina, estudiante de 4º de la ESO en Nuestra Señora del Pilar de Madrid.

Martín, que es compañero de pupitre de Marina, considera que este tipo de comentarios en el interior de los centros educativos se controla más, por lo que se opta por acosar en el entorno digital, que es menos manejable y además se puede mantener el anonimato.

“Antes estabas expuesto a estas acusaciones como si fuera un horario de trabajo, pero ahora tenemos los teléfonos en nuestros cuartos toda la tarde, nos escriben, nos notifican y leemos que alguien nos insulta. Ya no te insultan en un territorio que no es el tuyo como el colegio, sino en tu propio cuarto, en tu zona segura. Esto agujerea la moral”, reconoce Martín.

Ahora está quedándose todo en el entorno digital. La forma clásica de quitarle el bocadillo a un niño puede seguir haciéndose, pero sobre todo se da en las redes sociales porque hay anonimato, y quien recibe el insulto lo puede leer más tarde, no al instante”, subraya Marina.

"Me han acosado por tener los muslos demasiado grandes"

Independientemente del vehículo que se utilice, los efectos pueden ser devastadores para quien sufre el acoso. Andrea, que estudia 3º de la ESO en el colegio San Viator, ha sido víctima del bullying a través de las redes sociales: “Me han llegado a insultar por querer ir en 'short' en verano, porque mis muslos los tenía demasiado grandes. Me han acosado. También me han insultado por mis gustos, que son diferentes a los cánones aceptados. Es algo que se lleva en el aula y fuera del aula”, ha lamentado.

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