Cardenal Omella: “La Iglesia debe ser ejemplo de consenso y escucha para la búsqueda del bien común”

El presidente de la Conferencia Episcopal ha agradecido "la reserva de humanidad y solidaridad" en los momentos dífíciles de crisis "que brota del corazón de los españoles"

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Sara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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“Estamos viviendo un momento apasionante de cambio de época, y lo que es muy importante es que todos los sectores de la sociedad tengamos una participación activa en esta nueva sociedad que, poco a poco, se está configurando”. Así lo ha dicho el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española en el desayuno Nueva Economía Forum este viernes 13 de mayo. “Es importante que toda la labor realizada por las partes sea siempre buscando el bien común y que no sea un medio del que se sirvan los intereses particulares de unos pocos o las ideologías fomentadas por grandes conglomerados de ingeniería social”.

Por ello, el cardenal ha pedido “hacer frente a la creciente pobrezay se ha referido al reciente informe Foessa muestra los efectos “demoledores” de la crisis derivada tras dos años de pandemia, una crisis que acentúa significativamente la que tuvo lugar entre 2009 y 2013. “En muy poco tiempo se ha incrementado en dos millones el número de personas que sufren exclusión social”.


Cada vez hay más personas que se acercan a los centros asistenciales de la Iglesia

A día de hoy, once millones de personas en España padecen pobreza y seis millones de ellas, pobreza severa. Casi tres millones de jóvenes, de entre 16 y 34 años, sufren problemas de trabajo y de vivienda, “y la pandemia ha acelerado el aislamiento y el deterioro de las relaciones sociales”.

Además, ha explicado, “estamos asistiendo a un IPC disparado, a una cesta de la compra cada semana más cara, a facturas de la luz por las nubes… Todo ello está agravando la situación de muchos hermanos nuestros y está provocando un regreso de las colas del hambre con cada vez más personas que se acercan a muchas parroquias y centros asistenciales de la Iglesia, como así presentamos en la Memoria de Actividades de la Iglesia"

Ante esta situación, Omella ha instado a “trabajar activamente para reducir la creciente desigualdad social. Promover la educación en humanidades y en espiritualidad. El ser humano no es una máquina que queda saciada simplemente por tener cubiertas las necesidades básicas y los deseos sensibles”.

Unir "y no desunir"

Por otro lado, el presidente de la CEE ha explicado que hay un interés “por parte de algunos grupos ideológicos” en promover “políticas de ingeniería social para dividir y polarizar a la población con el fin de beneficiarse alcanzado poder político y económico. No les interesa el bien común de la sociedad sino dividir para vencer ellos y sus intereses particulares”.

Eso genera una desconfianza en las instituciones, ha expresado, “recorre como un fantasma todo el mundo occidental. Lo que es evidente es que la bronca entre los políticos hace mucho daño. Existe un hartazgo social ante la falta de acuerdos entre los grandes partidos y ante la incapacidad de colaboración para promover el bien común de los ciudadanos".

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El cardenal Omella ha respondido a las preguntas, del encuentro informativo, una de ellas sobre el “riesgo” del sistema democrático. En este punto, el presidente de los obispos ha recordado las palabras del Papa Francisco, en su reciente visita a Grecia, en un discurso en el que afirmaba que la verdadera democracia, siendo un tesoro valiosísimo para las sociedades, hoy se encuentra en retroceso: “No se puede dejar de constatar con preocupación cómo hoy, no solo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia. (…) la democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos se muestran atrayentes. En diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar conducen a una suerte de “escepticismo democrático”. Sin embargo, la participación de todos es una exigencia fundamental, no solo para alcanzar objetivos comunes, sino porque responde a lo que somos: seres sociales, irrepetibles y al mismo tiempo interdependientes”.

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Por ello, debemos trabajar para recuperar una sana democracia al servicio de la dignidad de la persona y del bien común de la sociedad y hacer pactos para llegar a la menos mala solución”. El cardenal ha lamentado la actitud de algunos gobernantes que se preocupan más "en pensar en los cuatro años que quieren quedarse en su puesto que en dar respuesta y solución a los problemas que tenemos en la Sociedad. Esto crea una fisura en la sociedad que hacen que crezcan los populismos".

Por eso, ha explicado, "van desviando la atención y estamos en permanente campaña electoral”. No obstante, Omella ha peido un apauso por ese compromiso de los políticos “que asumen un Servicio que también es un desgaste y que trabajan por la Sociedad también desde sus principios y desde la fe”.