El cardenal Omella insta a la sociedad a decir "basta a cualquier forma de esclavitud"

El Arzobispo de Barcelona ha reivindicado la figura de Santa Josefina Bakhita, por quien el Papa Francisco instauró la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata

El cardenal Omella insta a la sociedad a decir "basta a cualquier forma de esclavitud"

Redacción Religión

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, ha instado a la sociedad a trabajar por frenar la trata de seres humanos. Un mensaje que ha lanzado el Arzobispo de Barcelona a través de su cuenta de Twitter este lunes, 8 de febrero, en el que la Iglesia celebra la VII edición de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata.

En este 2021 el lema es 'Economía sin trata de personas'. En los días previos de la celebración de este día, el organismo episcopal publicó un vídeo en el que concienciaba a la sociedad sobre los efectos que tienen para las personas ser víctimas de la trata, una lacra que afecta principalmente a mujeres. Por ello, recuerda la CEE que se tratan de mujeres esclavas, la mayoría de ellas captadas por falsas ofertas de trabajo y, aunque no son encerradas, son amenazadas por los tratantes. A ello se suma que muchas de ellas son alejadas de sus familiares, no logrando mantener contacto con sus seres queridos.

En el tuit publicado por el Arzobispo de Barcelona, se reivindica también a la figura de Josefina Bakhita, la joven sudanesa que vivió en sus carnes la experiencia de la esclavitud, y por la que el Papa Francisco decidió instaurar esta Jornada Mundial de Oración y Reflexión de la Trata.

Santa Josefina Bakhita nació en Sudán en 1869 y fue capturada y vendida como esclava cuando todavía era una niña. Finalmente fue vendida a un diplomático italiano, quien se la trajo a Italia, donde más tarde recuperó la libertad mediante la ayuda de las Hermanas Canossianas, Hijas de la Caridad.

Gracias a la guía de estas Hermanas, descubrió a Dios y le sirvió fielmente hasta su muerte, en 1947. En octubre de 2000, Josefina Bakhita fue canonizada por el Papa Juan Pablo II, quien en esa ocasión declaró que “en Santa Josefina Bakhita encontramos a una brillante defensora de la genuina emancipación. La historia de su vida no inspira una aceptación pasiva, sino la firme decisión de trabajar eficazmente para liberar a las niñas y mujeres de la opresión y la violencia, y devolverles su dignidad en el pleno ejercicio de sus derechos”.