El cardenal Omella reclama a los países desarrollados un reparto equitativo de las vacunas contra la covid-19
El presidente de la Conferencia Episcopal Española secunda así el mensaje del Papa Francisco, cuando demandaba que la vacuna estuviese "disponible para todos".
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Este miércoles, 7 de abril, se celebra el Día Mundial de la Salud. Una jornada que en este 2021 adquiere, al igual que en 2020, una importancia especial, debido a la pandemia que padecemos y que tantas vidas está costando a nivel mundial.
La vacuna parece ser la única esperanza para acabar con la covid-19 y recuperar, en la medida de lo posible, la normalidad anterior. Sin embargo, el ritmo de vacunación está siendo más lento de lo esperado en países como España, pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez se muestra esperanzado de alcanzar la cifra del 70% de personas vacunadas a finales de este verano. Un porcentaje que, según los expertos, parece altamente complicado. Pero la lentitud en la práctica de la vacuna entre la población española es insignificante respecto a otros muchos países subdesarrollados.
Como sucede en otras facetas, la división entre los países ricos y pobres es palpable en la vacunación contra la covid-19. Por ello, la Organización Mundial de la Salud ha criticado en los últimos meses el egoísmo de las principales potencias mundiales por negarse a un reparto equitativo entre territorios.
De hecho, la OMS recuerda que la pandemia ha golpeado duramente a todos los países, pero su impacto ha sido más acusado en las comunidades que ya eran vulnerables, que están más expuestas a la enfermedad, que tienen menos probabilidades de acceder a servicios de salud de calidad y que tienen más probabilidades de sufrir consecuencias adversas como resultado de las medidas aplicadas para contener la pandemia.
Desde el Vaticano, el Papa Francisco ha reclamado en varias ocasiones que la vacuna esté disponible para todos. De hecho, durante su discurso de Navidad Urbi et Orbi, dijo: "En este tiempo de oscuridad e incertidumbre en relación con la pandemia, aparecen varias luces de esperanza, como el descubrimiento de las vacunas. Pero para que estas luces iluminen y traigan esperanza a todos, deben estar disponibles para todos".
Una proclamación que también ha hecho este miércoles, en el Día Mundial de la Salud, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, quien a través de su cuenta de Twitter ha afeado a aquellos que reivindican el derecho a la salud universal, mientras de forma paralela “no están dispuestos a compartir las vacunas contra la covid-19 con los países pobres”.
Al final de su mensaje, el Arzobispo de Barcelona ha instado a las principales potencias mundiales y a sus ciudadanos solidaridad.