Osoro pide a los madrileños imitar "la fe, esperanza y caridad" de San Isidro para no anteponer el 'yo' a Dios
El arzobispo de Madrid ha presidido en la Colegiata de San Isidro la Misa en honor al Año Santo del patrón de Madrid, y a la que han asistido los obispos de la Asamblea Plenaria
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Vivir acogiendo el don de la fe, la esperanza y regalando el amor de Dios para imitar a San Isidro Labrador. Es la invitación que ha hecho el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, durante la homilía en la Santa Misa que los obispos de la Asamblea Plenaria han celebrado con motivo del Año Jubilar del Patrón de Madrid en la Colegiata de San Isidro.
"Gracias de corazón en nombre de todos los madrileños y gracias por dar un reconocimiento y entrada en vuestra vida a este santo de la puerta de al lado como es San Isidro, un vecino de un Madrid muy diferente al que tenemos hoy, pero al que este santo le dio identidad cristiana, mostrando en y con su vida lo que es una familia cristiana, la dignidad de un trabajador y la vida de caridad de la que fueron testigos los vecinos de su tiempo", ha expresado Osoro, quien no ha escatimado en palabras para alabar a la figura del santo.
El arzobispo de Madrid ha puesto en valor las miles de personas procedentes de toda España, América Latina o Filipinas “para rezar y pedir favores a san Isidro Labrador” en este Año Santo. Y es que como ha recalcado en la homilía, San Isidro manifestó en vida el amor a Dios a través de su fe, esperanza y caridad.
Osoro pide a los madrileños "no anteponer el yo a Dios"
En este sentido, el titular de la archidiócesis madrileña ha instado a los fieles a no anteponer el 'yo' en lugar de Dios sino que, como haría San Isidro durante su vida, fue al encuentro constante con Jesús: “Llevó la novedad de Dios con obras a todos los que encontró por su camino. Porque la fe es abrazar, también, a los que no formulan la vida desde la fe”, ha sostenido Osoro.
Asimismo, el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española ha llamado al Pueblo de Dios a mantener un “diálogo permanente con Dios” para encontrar salidas “a nuestra existencia ante todas las situaciones que podamos vivir”, como haría San Isidro Labrador junto a su esposa Santa María de la Cabeza. Y es que Osoro ha advertido que encerrarnos a nosotros mismos ante nuestros problemas es una puerta a la “desesperación, apocamiento, a no tener horizontes” mientras que el diálogo con el Señor “nos abre a la esperanza”.
A su juicio, estos actos de desesperación se viven de manera permanente en la sociedad actual, por lo que ha pedido recurrir a Cristo, que representaba la esperanza del santo madrileño: “Él fue su esperanza, un Dios que se hizo carne, que se ha hecho uno de nosotros y nos acompaña, nos llama y nos ama, nos ha dado la vida, nos hace mirar al prójimo y provoca el hacer el bien, eliminando desesperanzas, envidias y celos”, ha continuando argumentando Osoro.
"La historia del pueblo madrileño fue fraguada en la fe"
El arzobispo de Madrid ha recordado que fue “el amor al otro” lo que hizo que el pueblo de Madrid reconociera a San Isidro como un referente, por lo que ha pedido al Señor, por intercesión del santo labrador, “que encontremos en Jesucristo ese amor que necesitamos para tener vida, vivir nosotros y dar vida a los demás”.
Para concluir, el cardenal Osoro ha pedido a los madrileños no olvidar que la historia de este pueblo “fue fraguada por la fe, siempre hubo un espacio para Dios, que no es una idea; es una persona que nos da fuerza y capacidades para ampliar el círculo y convertirnos en una sociedad abierta que integra a todos, donde se da la amistad social”, ha aseverado.