Cáritas alerta: “Uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de uso adictivo de las pantallas”

El estudio revela que los jóvenes ya prefieren hablar por redes antes que en persona, "algo que genera niveles de aislamiento, ansiedad, falta de control y dependencia"

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Sara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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Cáritas ha querido analizar el impacto “de las pantallas” en la vida familiar y alerta del acceso cada vez más temprano a las pantallas. Bajo el título el “Impacto de las pantallas en la vida de la adolescencia y sus familias en situación de vulnerabilidad social: realidad y virtualidad”, la institución ha presentado este 1 de marzo los resultados de una encuesta realizada a 930 jóvenes, padres y tutores en torno al uso que hace de las pantallas la población entre 12 y 17 años en situación de vulnerabilidad y exclusión social procedente de familias acompañadas por Cáritas en sus diferentes programas y proyectos.

Unos datos que revelan que las chicas tienden a ser más activas en redes sociales generando muchas más publicaciones lo que hace que tengan un perfil mucho más expuesto. Por oro lado, la adicción a los videojuegos afecta más a la población vulnerable. En el caso de los chicos es cuatro veces mayor al de las chicas.

“El abuso de las pantallas puede conllevar o no una adicción. Relacionamos esta adicción con las emociones que las pantallas despiertan y consideramos que se da una conducta adictiva cuando el uso, o la ausencia de este, genera ciertos niveles de aislamiento, ansiedad, falta de control y dependencia”, ha explicado Daniel Rodríguez del Equipo de Estudios de Cáritas.

“Los niños nos observan todo el tiempo”

No obstante, el ejemplo que la juventud recibe en casa es la variable que más influencia tiene sobre la adicción. Cuando un joven convive con progenitores que hacen un uso razonable de las pantallas la probabilidad de llegar a desarrollar una conducta adictiva se reduce un 70%.

En los casos de uso adictivo a los videojuegos, las condiciones de vida y la escasez de oportunidades sí parecen un elemento diferencial entre la población en situación de exclusión y el conjunto de la juventud. “Aunque, como hemos señalado, la situación socioeconómica de las familias no es el factor que más influye en el uso adictivo, sí hay situaciones que protegen a la juventud de esta adicción y queremos destacar principalmente dos. En primer lugar, el ejemplo que la juventud recibe en casa tiene una notable influencia sobre la adicción y, en segundo lugar, las posibilidades que tienen los jóvenes de acceder a un ocio estructurado”, explica Rodríguez.

Más conflictos familiares

Los progenitores, por su parte, tienen claro que las pantallas afectan negativamente a la comunicación en casa y terminan provocando un empeoramiento en la actitud de sus hijos. El 28% creen que las pantallas son las culpables de que la comunicación haya empeorado en el seno de la familia llevando incluso al engaño en el 20% de los casos. Por otro lado, uno de cada cuatro adultos afirma que el uso de pantallas ha empeorado la actitud de su hijo en casa, lo cual, para el 17% de los padres y madres, tiene como consecuencia un incremento de los conflictos en el seno familiar.

De hecho, sólo el 12% de los progenitores se sienten preparados para afrontar la educación digital de sus hijos e hijas, mientras la mayoría, el 53%, dicen necesitar apoyo o sentirse desorientados. Así, los progenitores muestran gran interés por disponer de mayor información y apoyo en cómo educar a sus hijos en el uso saludable de las pantallas ya que el 82% perciben en éstas riesgos bien en el ámbito relacional bien en el educativo.

“Todos (adultos y jóvenes) estamos pasando por lo mismo, y al mismo tiempo, por el uso desmedido de la tecnología y en continuo aprendizaje. La diferencia es que, normalmente, los adultos lo vivimos con miedos y con inseguridades mientras que los jóvenes sin miedos. Por ello, la infancia, los adolescentes y los jóvenes son los más vulnerables entre los vulnerables y, especialmente en estos momentos de cambios. Lo que les está pasando ocurre a una velocidad tal que no está facilitando un margen de adaptación y reflexión que les permita entender cómo se sienten y cómo vertebran las relaciones en estos momentos de cambio”, ha asegurado Carmen García, responsable del programa de Infancia, Adolescencia y Juventud.

Autorregulación

Por todo ello, el objetivo del informe, ha precisado Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas es que “sea conocido por todas aquellas personas y colectivos interesados en acercarse a los universos simbólicos de nuestra juventud y adolescencia”. El deseo es “dar voz a los jóvenes y a sus familias ha guiado este proceso y eso se ha plasmado en el diseño de la investigación y las técnicas que se han utilizado. Porque la vocación de este estudio no es otra que la de aportar datos y elementos para una reflexión más amplia de toda la sociedad sobre cómo está afectando el uso de pantallas a la juventud y adolescencia actual”.