Clausura en Segorbe el Año Jubilar: "En esta Catedral, Dios ha tocado el corazón de muchos peregrinos"

Este domingo, 16 de abril, la Catedral Basílica de Segorbe ha acogido la Solemne Eucaristía de Clausura del Año Jubilar Diocesano. Desde el pasado 12 de abril de 2022, en la diócesis de Segorbe-Castellón se ha vivido un Año de Gracia del Señor con motivo de la celebración del 775º aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe.

Fruto de ello, este domingo se ha dado "Gracias a Dios, por los innumerables dones concedidos a la iglesia Diocesana a lo largo de los siglos, habiendo hecho memoria agradecida del pasado y, fruto de las peregrinaciones jubilares, haber abierto el corazón al Señor para la necesaria renovación espiritual y así, juntos, emprender la misión evangelizadora de nuestra Iglesia en el momento actual".

El Nuncio Apostólico en España, Bernardito C. Auza, preside la Eucaristía en la Catedral tras unos días de visita en la diócesis invitado por el obispo Casimiro López Llorente con motivo de tan significativa e importante efeméride. El Nuncio ha sido partícipe durante este fin de semana, de la realidad diocesana gracias al encuentro con representantes de toda la Iglesia de Segorbe-Castellón.

Antes de la celebración de la Eucaristía, el obispo de Segorbe-Castellón ha agradecido al Nuncio su presencia: “Queremos resaltar nuestra unión y nuestro deseo de fortalecer esa comunión con el Santo Padre y con la Iglesia Universal […] esta Iglesia diocesana de Segorbe se ha puesto como objetivo este año crecer en comunión para salir de nuevo a la misión”.

“Se han ofrecido muchas acciones culturales, evangelizadores, peregrinaciones, acciones caritativas y sociales que nos alentasen en este camino y en este propósito […] aquí, en esta Santa Iglesia Catedral, he tenido la experiencia que Dios ha tocado el corazón de muchos peregrinos. Es un camino que el Señor nos ha marcado que esperamos que en los próximos años sigamos recorriendo”.

Durante la homilía, el nuncio apostólico, Bernardito Auza, ha dado las gracias a toda la Iglesia de Segorbe-Castellón por la invitación y ha pedido “el don de la conversión personal y comunitario”. Recordando el lema de este Año Jubilar Diocesano, 'Crecer en la comunión para salir a la misión, el nuncio ha subrayado que “todos los bautizados” han sido llamados “a formar comunidades vivas y afirmar el compromiso de cada uno por el anuncio del Evangelio”.

Remarcando que este domingo se celebra el 'Domingo de la Divina Misericordia', Bernardito C. Auza ha afirmado que “si el propósito de este año ha sido comprometerse con el Anuncio del Evangelio, no deja de ser una providencia celebrar hoy la misericordia que ha tenido y tiene permanentemente con nosotros”.

“El mundo hoy tiene verdadera necesidad de comprender y acoger la misericordia de Dios que se nos ha manifestado en Cristo Jesús, el cual con su misterio pascual, con su muerte en la cruz y su resurrección, nos ha dado la prueba de esa misma misericordia. Expresión de la caridad de Dios, la misericordia divina posibilita en cada corazón la capacidad de ser para el otro un hermano cercano, que perdona, ayuda y auxilia, que se acerca”, ha dicho el nuncio durante la homilía.

Al finalizar este Año Jubilar Diocesano, el nuncio ha pedido tener la convicción “que la misericordia de Dios no es otra cosa su infinita bondad. Él nunca cambia, porque su esencia y su identidad es amor y misericordia. Frente a nuestra nada, su bondad se convierte en amor, frente al pecado, su amor se convierte en misericordia”.

Al final de la homilía, el nuncio apostólico ha tenido también unas palabras por todos los damnificados por los incendios en la zona: “Llamamos al corazón de Jesús por ellos […] son circunstancias que nos enseñan que no somos poderosos, ni autosuficientes, somos vulnerables. Tenemos que contar con Él, porque solos somos bien poca cosa”.