Consuelo Rojo, religiosa Adoratriz: "La Trata te traslada a una vorágine del mal"
La directora del secretariado de Trata indica que la pornografía «muestra relaciones violentas y humillantes hacia las mujeres» que empujan a muchos hombres a reproducirlas

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Consuelo Rojo, religiosa Adoratriz, ha explicado a ECCLESIA que en esta VIII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata es importante no olvidar “el cuidado al cuidador”. Acompañar a mujeres que han sido víctimas de la Trata “te traslada a una vorágine del mal, donde acompañas a una persona que ha sufrido mucho y pasa mucho tiempo hasta que logra expulsar todo ese dolor y poder recuperarse”.
De esta forma, las religiosas quieren sumarse este 8 de febrero al tema sobre el que gira este año la jornada: “La fuerza del cuidado: mujeres, economía y trata de personas”.

"Son situaciones tan duras que nunca llegas a acostumbrarte"
“Es mucho el trabajo que se realiza al lado de cada una de estas personas para poder ir transformando la violencia que han sufrido en una sensación positiva y sanadora”. Tal y como explica Consuelo Rojo “las personas que acompañan son depositarias de ese daño”. La experiencia después de años trabajo de las Adoratrices constata que “no por escuchar testimonios, la realidad de sus vidas deja de doler. Son situaciones tan duras que nunca llegas a acostumbrarte”.
Pese a la invisibilidad de la Trata, la tenemos muy cerca. La trata de personas es un delito que tiene lugar en todos los países del mundo, y, además, un lucrativo negocio que forma parte de nuestra sociedad actual y que es preciso visibilizar.
Existen muchas formas de Trata
La trata de seres humanos con fines de explotación sexual es quizá la más conocida. Pero existen otras muchas formas de trata: matrimonios forzosos, mendicidad y comisión de delitos, extracción de órganos, o trata con fines de explotación laboral, entre otras.
Las estadísticas oficiales hablan de un 72% de mujeres y niñas víctimas, “pero en realidad, solo uno de cada veinte casos de Trata es identificado realmente”.
Y es que, hace veinte años “se consideraba Trata a la mujer que aparecía atada, torturada… Ahora es todo mucho más sutil, detrás de una mujer que sufre Trata hay una mafia que las extorsiona a través del móvil, con presiones familiares, desde cualquier parte del mundo”.

Alarma: la pornografía
Por todo ello, la Iglesia quiere seguir trabajando en “posibiltar caminos y procesos para que las mujeres puedan desarrollar su propia vida, participar de proyectos que sanen y recuperar de esta forma los derechos que se les han negado, quitado o que nunca han llegado a tener”.