El Vía Crucis viviente de esta localidad de Murcia que transforma el pueblo en Jerusalén: “Un año de preparativos”
Francisco Conesa, uno de los antorcheros que custodian a Jesús en su camino al Calvario, explica todos los detalles de esta representación

Vía Crucis viviente de Molina de Segura
Publicado el
2 min lectura
En la pedanía de Torrealta, en Molina de Segura (Murcia), cada año se representa de manera ininterrumpida desde 1998 un Vía Crucis viviente único en toda la región. En él participan más de 200 personas de la localidad, donde cada uno tiene su papel y en el que Torrealta se convierte en Jerusalén por un día para escenificar la crucifixión del Señor.
En el programa de 'Ecclesia al Día' ha estado uno de los participantes en este Vía Crucis viviente. Se trata de Francisco Conesa, que aparte de ser miembro de la junta del Vía Crucis, la Asociación 'La Cruz de Torrealta', también es uno de los 50 antorcheros que participa en esta representación.
Francisco explicaba que su papel como antorchero es seguir a Jesucristo en su camino hacia el Calvario como parte de su séquito: “Nuestra misión es dar un poco de iluminación porque todas las luces del pueblo se apagan para dar esa emoción. Además, evitamos que la gente se acerque a Jesucristo y le protegemos desde la plaza del pueblo donde está la iglesia hasta el Calvario donde tiene lugar la crucifixión”.

UN AÑO DE PREPARACIÓN
Este Vía Crucis viviente de Torrealta tendrá lugar el próximo 16 de abril, miércoles santo, por las calles del municipio murciano. Sobre los preparativos para esta representación, Francisco asegura que empiezan muy pronto, casi un año antes, aunque es en el último mes cuando se multiplican las tareas: “A veces hay que allanar terrenos que se han quedado mal para el paso, sobre todo en las afueras del pueblo”.
“Tenemos que arreglar dos cerros diferentes: uno donde se representa la muerte de Jesús y otro donde está el sepulcro”, explica, por lo que afirma que suelen contar con la colaboración del Ayuntamiento de Molina de Segura.
“Siempre intentamos mejorar en los trajes, también aumenta el número de soldados romanos, la gente ayuda a poner las colgaduras por todo el pueblo, montar todos los escenarios... Son muchos trabajos y muchos detalles los que hay que hacer”, señalaba Francisco Conesa.