La diócesis de Málaga denuncia que algunos migrantes están en situación de calle en Melilla por el nuevo sistema de citas del CETI
La Delegación de Migraciones de la diócesis denuncia que la falta de coordinación entre administraciones “está provocando la vulneración del derecho al asilo y una deshumanización de nuestras instituciones"

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La diócesis de Málaga ha expresado su preocupación ante la situación que están viviendo los migrantes afectados por el nuevo sistema de citas del Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melilla.
El cambio en el sistema de citas de asilo, que anteriormente era presencial y ahora telemática, hace que las personas solicitantes obtengan un resguardo de cita que el CETI no está admitiendo como manifestación de voluntad, en contra del criterio expuesto por parte de las autoridades policiales competentes.
Una falta de coordinación entre administraciones, precisa el comunicado de la diócesis malagueña, que “está provocando la vulneración del derecho al asilo y una deshumanización de nuestras instituciones”.
Actualmente un total de catorce personas (de Mali, Venezuela y Colombia) se encuentran atrapadas en Melilla, en situación de calle, habiendo improvisado un pequeño asentamiento en las inmediaciones del CETI, sin ningún tipo de asistencia, ni acceso a los servicios mínimos. “Algunas de ellas requieren asistencia médica”, ha denunciado la diócesis de Málaga.
“es deber del Estado garantizar el ejercicio de los derechos humanos"
De esta manera, la Delegación de Migraciones de la diócesis andaluza muestra su solidaridad y apoyo con estas personas “que merecen ser atendidas en condiciones dignas mientras formalizan su solicitud de asilo”.
Lamenta además “la falta de respuesta por parte de la administración, que tiene el deber de coordinarse con todas las autoridades competentes e incluso permitir y fomentar la cooperación ciudadana, para evitar que se den estas situaciones injustas y contrarias al bien común”.
En este sentido, recuerda que “es deber del Estado garantizar el ejercicio de los derechos humanos, armonizando con justicia los diferentes intereses sectoriales, no impedir su ejercicio con ocasión de mayores trabas burocráticas”.
Al final de la nota de prensa, recalca que la Iglesia no puede descuidar el servicio de la caridad, lo que implica “la cercanía y apoyo fraterno para el ejercicio de los derechos”, y anima a que se practique “una política de migración y asilo coordinada y eficaz, que ponga en el centro a las personas, que no renuncie a la tutela de sus derechos y que se guíe por la razón, teniendo presente los verbos que el Papa Francisco nos ha repetido hasta la saciedad: acoger, proteger, promover e integrar”.