El drama del suicidio: "La misericordia de Dios me ayuda a contar lo que le sucedió a mi madre"

Javier Díaz Vega comparte en el programa ECCLESIA la historia de su madre. "Ella es uno de esos rostros que hay detrás de las altísimas estadísticas de suicidio en nuestro país"

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Ana Medina

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Javier Díaz Vega ha compartido en el programa ECCLESIA de TRECE la historia de su madre. Ella es uno de esos rostros que hay detrás de las altísimas estadísticas de suicidio en nuestro país. Acabar con la propia vida es un estigma que marca cualquier recuerdo de esa persona e incluso el futuro de sus familiares y amigos si no se da con la palabra, la presencia, el acompañamiento o la respuesta adecuada. Desde que eso pasó, la historia de Javi le ha llevado a tratar de aportar su granito de arena con la publicación del libro Entre el puente y el río. Una mirada de misericordia ante el suicidio.

"Mi madre era una persona particularmente alegre, siempre la recuerdo cantando, bailando, con mucha ternura". La recuerdo como “el hogar”». Así se refiere a su madre este joven madrileño. Su madre se suicidó cuando él era muy joven. "Me quedo con eso, y que en los momentos en que se hacía más evidente la enfermedad mental, fue una mujer que luchaba por estar bien".

No éramos conscientes

Ante la herida que deja vivir un hecho así en el seno de una familia, Javier confiesa que la fe ha sido el camino que le ha ayudado no solo a seguir adelante sino también a intentar contribuir positivamente en la vida de quienes pueden estar necesitados de una palabra de esperanza. En su caso, cuenta, «no éramos conscientes de la posibilidad de la tragedia.

Ella cometió el suicidio de noche y esa noche me pidió un beso y se lo di. No me olió a despedida, sino a una noche más. Por un lado puedes dedicarte a buscar culpables, en un camino que te va a llevar a ti mismo. Pero también con honestidad uno se tiene que preguntar si hizo todo lo que podía, si dependía de ti. Al final, tienes la certeza de que no dependió de ti, ni de nadie, ni siquiera de mi propia madre. La última palabra la tiene Dios, y Él sí que puede dar la gracia del arrepentimiento y, ante eso, la certeza de su misericordia es el consuelo que a nosotros nos puede ayudar a, entre otras cosas, a contarlo. A la hora de hablar de ello, entendí que había un silencio atronador, una especie de tabú, y me lancé. En el año 2020 salió el libro y ha ayudado a mucha gente», cuenta.

Javier comparte este libro y su propio testimonio con el deseo de ayudar a evitar que siga creciendo la tasa de suicidios y para empujar a seguir adelante a quienes lo hayan vivido de cerca. En su intervención en TRECE, Javier termina dando un consejo a todas esas personas:«Que pida ayuda. Si la situación no es urgente, los centros de salud y las urgencias de los hospitales, están preparados para ayudar. Y ante una situación de urgencia, se puede llamar al 024, línea de atención especializada gratuita y confidencial, o al 112, o al Teléfono de la Esperanza (717 003 717), ya sea por un familiar o por uno mismo. La primera tentación que hay que vencer es pensar que estamos solos, y no lo estamos. Hay que dar un paso adelante antes de dar otro que no tenga vuelta atrás. Ojalá que el testimonio que comparto llegue y ayude a mucha gente», concluye.