El emocionado recuerdo de Omella a quienes luchan contra la pandemia: “Una entrega de la propia vida”
El cardenal Arzobispo de Barcelona ha reivindicado la labor de sanitarios, de la Iglesia y de la sociedad en estos meses dramáticos
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Los devastadores efectos que ha traído consigo la pandemia de la covid-19 a nivel sanitario, económico y social, ha protagonizado la primera parte del discurso inaugural de la Asamblea Plenaria del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella.
De esta manera, El Arzobispo de Barcelona ha comenzado su intervención manifestando a los familiares de todos los difuntos durante el tiempo que llevamos de pandemia nuestro pésame y esperanza. Queremos también estar cerca de los que sufren y rezar por ellos. Asimismo, nos solidarizamos y comprometemos con los que están padeciendo las consecuencias económicas, sociales y laborales provocadas por esta pandemia”, ha subrayado.
El cardenal ha remarcado que la Asamblea Plenaria (que se celebra de manera semipresencial) tiene lugar en un momento crucial para España y la civilización global: “Es la experiencia de la humanidad puesta a prueba, como dice la Pontificia Academia para la Vida en su nota Pandemia y fraternidad universal (30.III.2020)”.
A juicio del presidente de la CEE, el coronavirus ha hecho que caigamos en la cuenta de un mundo que funciona a dos velocidades, marcado por las desigualdades económicas y sanitarias, “las gravísimas consecuencias de la destrucción de los ecosistemas, el interés egoísta y polarizador de los populismos irresponsables y, sobre todo, nos hace ver lo lejos que estamos de sentir y comportarnos como una única familia humana”.
Por ello, el Arzobispo de Barcelona considera elemental “que la pandemia siga abriendo nuestros ojos y nuestros corazones a las personas sin hogar, a quienes sufren soledad, a los inmigrantes y refugiados varados en las fronteras, a las mujeres víctimas de trata y prostituidas, a las personas que están en prisión, en alojamientos colectivos…”
El agradecimiento del cardenal Omella a la sociedad
El presidente de la CEE ha tenido palabras de agradecimiento hacia la sociedad, ya que apunta ha dado lo mejor de sí misma: “La reacción contra la pandemia ha mostrado la grandeza del servicio y de la entrega, incluso de la propia vida, como han demostrado tantos profesionales esenciales, muchos de ellos católicos y miembros de la Iglesia. Agradecemos de corazón su entrega y servicio. También queremos agradecer la labor de sacerdotes, religiosos y laicos que han estado dando asistencia espiritual, en la manera que ha sido posible, a muchos enfermos y a familias en las peores circunstancias”.
El máximo representante del organismo episcopal ha remarcado también la labor de las instituciones de la Iglesia en estos meses difíciles: “La Iglesia ha cooperado y sigue cooperando con las instituciones públicas y privadas en todo lo que se nos ha solicitado y en lo que estaba en nuestras manos dar y hacer. Junto con muchas iniciativas vecinales, desde parroquias y centenares de redes del bien, hemos repartido miles de toneladas de alimentos. Hemos ayudado a muchas personas en situaciones de dependencia, soledad y angustia, a las que hemos acompañado en el trauma y en el duelo”.
Asimismo, el cardenal Omella ha agradecido la respuesta creativa y vital que se ha suscitado en forma de miles de iniciativas de celebración, plegaria, meditación o reflexión, promovidas desde parroquias, escuelas, universidades, comunidades laicales, redes digitales y los más variados espacios, después de que el confinamiento provocara que la actividad sacramental y espiritual se viese afectada.
“Las redes se han convertido en un gran instrumento para la celebración y transmisión de la fe. El teléfono ha sido una gran herramienta para la escucha y el acompañamiento espiritual. Las videoconferencias han sido el medio oportuno para poder mantener viva la llama de los diversos grupos de fe, de matrimonios, de revisión de vida o de formación. Los medios de comunicación y las revistas de la Iglesia han hecho un especial esfuerzo por comunicar en este tiempo”, ha precisado el cardenal Arzobispo de Barcelona.
La importancia del acompañamiento durante la enfermedad
Una dureza que Omella espera que no haya sido en vano y “se haya aprendido de la situación y, de ahora en adelante, se reconozca la importancia del acompañamiento o asistencia espiritual durante la enfermedad. Sabemos que no se puede imponer, pero creemos que no se puede impedir. El derecho a recibir una atención espiritual es un derecho humano que no se puede vulnerar”, ha sentenciado.