Enrique Benavent preside su primera Misa como arzobispo de Valencia en la Virgen de los Desamparados
Benavent ha felicitado la Navidad a todos los valencianos y les ha expresado que el "motivo de la alegría en estas fechas es que somos hijos de Dios"
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El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha presidido este jueves su primera misa, en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, tras su toma de posesión en la archidiócesis el pasado sábado, en la que ha felicitado la Navidad "a todos los valencianos y devotos" de la Mare de Déu dels Desemparats y les ha expresado que el "motivo de la alegría en estas fechas es que somos hijos de Dios".
Previamente, al inicio de la eucaristía, el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar, le ha dado la bienvenida al afirmar que esta "es su casa" y, a continuación, el arzobispo ha saludado a todas las personas que han acudido a la Basílica para participar en esta celebración, así como a todos los que la han seguido desde sus casas, enfermos, residencias de ancianos y fieles de la toda la Comunitat Valenciana.
En su homilía, Enrique Benavent ha asegurado que "entrar y formar parte del Reino de Dios no consiste simplemente en ser una gran persona, no consiste simplemente en una perfección moral, sino que significa haber sido recreados por la gracia de Dios, haber sido hechos hijos de Dios". "Eso es lo que el Señor ha venido a traernos, ha venido a traernos a Dios, ha venido a ofrecernos la posibilidad de ser hijos de Dios", ha expresado.
"Estamos, por tanto, ante una nueva creación, que no es fruto del esfuerzo humano, sino que es un regalo de Dios que nos ha dado a través de su hijo Jesucristo. Él nos quiere dar mucho más de lo que nosotros nos podemos imaginar. En Jesucristo, Dios nos ha dado mucho más de lo que nos merecemos", ha continuado.
"El hecho de ser llamados a la vida humana es ya un gran regalo del Señor, pero el Señor no se conforma con eso, nos ha querido hacer su hijos, y que a través de Él lleguemos a ser y vivir como hijos de Dios. Y, este es un regalo mucho más grande e inmenso de lo que nosotros podíamos esperar, un regalo mucho más grande de lo que nosotros podríamos imaginar. Esto nos tiene que llenar de alegría", ha apostillado. "Ser hijos de Dios es lo más grande que todo ser humano puede imaginar. Esto es lo que celebramos en Navidad, lo que nos disponemos a celebrar", ha finalizado.