Entrevista al cardenal Osoro: "San Isidro nos alienta también a todos a reconstruir la fraternidad"
El arzobispo de Madrid ha concedido una entrevista a Ecclesia en el día en que se inicia el Año Jubilar concedido por los 400 años de la canonización del patrñon de Madrid
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«Pido que este Año Santo sea para Madrid un tiempo privilegiado para hacer memoria de san Isidro, para aprender a vivir desde el amor de Dios. Pido al Señor que este jubileo toque el corazón de todos los que vivimos aquí y de quienes nos visitan». Con estas palabras, el cardenal Carlos Osoro ha dado este domingo, 15 de mayo, el pistoletazo de salida al año jubilar concedido por la Santa Sede con motivo del 400 aniversario de la canonización del patrón de Madrid. En este día tan especial para la archidiócesis, el purpurado ha conversado con Ecclesia con motivo de este tiempo de gracia.
—En el acto de presentación del Año Santo con motivo de los 400 años de su canonización, usted dijo que san Isidro «es un santo que necesitábamos todos nosotros acercar a nuestra vida». ¿Qué nos enseña su testimonio en este momento?
—Nuestro patrón, san Isidro Labrador, es un santo de una enorme vigencia. Fue un hombre sencillo de una fe profunda, un santo de la puerta de al lado al que todos hemos de mirar. Con su mujer, santa María de la Cabeza, y su hijo, Illán, nos muestra la importancia de la entrega en la familia. Con su trato a los demás, con su cercanía, nos alienta también a todos a reconstruir la fraternidad, como tantas veces pide el Papa Francisco. Y, como saben bien los agricultores que lo honran en el mundo entero, nos alienta a cuidar el mundo que nos rodea.
—San Isidro es un santo que acerca al cristiano a aspectos como la familia, el trabajo, la educación o las relaciones de fraternidad… Es una figura universal del que los madrileños pueden estar «muy orgullosos».
—Desde que anunciamos la concesión del Año Santo de san Isidro han sido muchas las muestras de cariño y agradecimiento no solo de gente de Madrid, donde muchos viven este acontecimiento con profunda alegría, sino del mundo entero. San Isidro es madrileño, pero es universal. A él miran agricultores de muchos países, familias de todos los rincones, trabajadores de los lugares más inesperados… Por eso es importante que quienes lo custodiamos lo valoremos.
—El convenio de colaboración entre Iglesia, Ayuntamiento, Comunidad y Delegación del Gobierno por este Año Santo también es testimonio de fraternidad, ya que como usted dijo «porque este es un regalo para todo Madrid».
—Solo puedo tener buenas palabras para las tres administraciones. Conscientes de la devoción que hay a nuestro patrón, la Comunidad de Madrid, la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento se han volcado en las celebraciones y preparan numerosas iniciativas para este año. Desde aquí quiero agradecer de nuevo su implicación y generosidad.
—Además de la apertura de este Año santo con la Misa solemne en la Colegiata, ¿qué destacaría de las celebraciones que se han preparado para este tiempo de gracia?
—El día de la fiesta siempre es precioso. En la colegiata tenemos el cuerpo incorrupto de san Isidro y será emocionante abrir el jubileo junto a él. Luego iré a la pradera, donde se ve bien que es un santo muy popular y querido. Es una alegría recuperar la Misa de campaña, igual que la procesión de la tarde por el centro de la ciudad.
Aparte de los actos de este día de fiesta, que se pueden consultar en archimadrid.es, luego va a ser especialmente emotivo exponer el cuerpo para la veneración pública de fieles a finales de mes. Y es muy interesante la ruta jubilar por los lugares vinculados a nuestro patrón, en la que se subrayan aspectos centrales de su vida. Ambas propuestas son una ocasión maravillosa para lucrar la indulgencia.