Estos son los beneficios de los huertos urbanos de Valladolid: “Trasforma a las personas”

La Escuela de Ingeniería Agrícola y Agroambiental INEA ha llevado a cabo un estudio evaluando los impactos de sus huertos urbanos

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La Escuela de Ingeniería Agrícola y Agroambiental INEA ha llevado a cabo un amplio estudio titulado '20 años de huertos ecológicos en INEA. Una evaluación de su impacto social'. El documento analiza desde los orígenes hasta la actualidad, la historia de este proyecto ecosocial, su valor durante todos estos años y su impacto en la sociedad vallisoletana.

Coincidiendo con la festividad de San Isidro, y en el contexto de la celebración del 60 Aniversario de la Escuela de Ingeniería Agrícola y Agroambiental INEA, ha tenido lugar la presentación académica de este informe. El acto estuvo presidido por el concejal de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valladolid, Rodrigo Nieto.

En 'Ecclesia al día', de TRECE hemos charlado con dos de las persona que han participado en este informe. Una de ellas es la Ingeniera Agrónoma Laura Sierra, quien ha asegurado que “este proyecto concienciación ecológica nos involucra a todos” Además, “los huertos ecológicos de INEA es una experiencia real y única (…) que afecta a un montón de ámbitos de la vida”, asegura sierra.

La integración de personas jubiladas, en el origen de esta iniciativa

“Esta iniciativa surge en el año 2005 pensando en promover la integración de las personas jubiladas”, recuerda la autora de este informe gracias al cuál han podido descubrir que “después de 20 años han pasado muchas cosas. Ahora es un gran proyecto que aglutina otras iniciativas (…) ha cambiado la estructura de la escuela”, afirma Sierra

Carlos Ballesteros, catedrático y coautor de este informe asegura que en el germen de este proyecto académico “estaba la pregunta de si han merecido o no la pena estos 20 años. Y la verdad que, tras este informe nos hemos dado cuenta del impacto real que ha tenido, porque es un proyecto integral que ha transformado a las personas”.

“En el estudio aparecen 12 dimensiones de impacto que van a más allá de cultivar la tierra”, apunta Ballesteros. Además, este es un proyecto que, recuerda Ballesteros, entra en comunión con la encíclica 'Laudato sí', que nos propone el cuidado de la 'casa común'.

El estudio, en el que también colaboran otras entidades como el Observatorio MAPFRE de Finanzas Sostenibles identifica los distintos grupos de interés relacionados con el proyecto del Camino Viejo de Simancas y traza un mapa con las distintas dimensiones del impacto. Dos décadas de experiencia abren la puerta a la idea de que es posible armonizar el amor y el respeto por el medio ambiente con el desarrollo comunitario y social.

20 años cuidando la 'Casa común'

Comenzaron en 2005 de forma circunstancial. “Teníamos una finca grande en la escuela y pensamos hacer huertos para personas mayores, que alcanzaron 430 huertos que llegan a mover a 1.000 personas. Una acción ecológica con huertos urbanos que se unió a la enseñanza de la agroecología y todo siguió como un proceso”, explica Félix Revilla, su fundador, jesuita, director de la Escuela de Ingeniería Agrícola de la Universidad Pontificia Comillas-INEA- de Valladolid y uno de los fundadores del espacio comunitario Ecología y Acogida Ana Leal. “A ello se unió la acción social en la Red Íncola y junto a Entreculturas, ONG de la Compañía de Jesús, dio lugar a una cooperativa de Comercio Justo y Productos Ecológicos. Y de ahí, nació el deseo de unirlo también a la espiritualidad, como tercera pata de este proyecto, y surgieron retiros, ejercicios con clave ecológica y finalmente pensamos que por qué no vivir también en ese proyecto, hacer de él un espacio comunitario y de acogida”.


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