La figura de Luis Hernando de Larramendi: "Vocación de servicio en la búsqueda del bien común"
Javier Fernández-Cid Plañiol, presidente de Acción Social Empresarial, comparte una reflexión sobre el legado del empresario en el ámbito de la Doctrina Social de la Iglesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pasados los primeros días de duelo intenso y profunda tristeza por su precipitado final, se impone una reflexión sobre el legado que Luis Hernando de Larramendi nos ha dejado, en particular en el ámbito de la aplicación práctica de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
Así comienza la reflexión de Javier Fernández-Cid Plañiol, presidente de Acción Social Empresarial, sobre la figura de Hernando de Larramendi Martínez, quien falleció el pasado 11 de febrero "y que consagró su vida a impulsar el legado de sus padres para aplicarlo a todos los ámbitos de su carrera, a la difusión de los principios de la DSI entre los empresarios y directivos, a impulsar los estudios y el conocimiento del pensamiento tradicionalista; todo ello con un gran espíritu de lucha y superación, con una impresionante vitalidad y con ese buen juicio que acompañaba de una sonrisa y una mano tendida para todo el que lo necesitara.?? Su vocación de servicio y su profunda fe cristiana hizo que siempre pusiera por delante los intereses de los demás por encima de cualquier otra consideración".
Vocación de servicio
Según explica Fernández-Cid Plañiol, "estaba dotado de unas cualidades humanas excepcionales, cabe destacar su generosidad, capacidad de trabajo, empatía, energía, lealtad, amor a su familia y amigos, y una envidiable capacidad de emprendimiento, entre un largo etcétera. Su formación humanista, por tradición familiar, se completó con la de jurista, su pasión por la lectura y la historia, en particular del Carlismo y de España de las que era por igual defensor".
Además, reconoce en él "una memoria prodigiosa y su deleite por la poesía le condujo a ser autor de varios libros de poemas y numerosos artículos. Nunca faltaban sus sonetos en reuniones familiares, sociales o entre amigos, ni tampoco sus poemas navideños, llenos de ternura".
Conocía bien el mundo empresarial, así como el tercer sector, por su condición de directivo y la práctica del derecho como socio de la firma Elzaburu, por su condición de miembro del consejo de administración del grupo asegurador Mapfre, y por la presidencia de la Fundación Ignacio Larramendi promotora de múltiples iniciativas culturales, de investigación y empresariales. Era miembro del patronato de la ACDP, de FOESSA y de SECOT, por citar sólo algunas de las instituciones inmersas en la problemática social a las que dedicaba su tiempo. "Siendo un hombre de profunda fe, también por tradición familiar, una vez pudo disponer de los medios y del tiempo necesarios —solía repetir primum vivere et deinde filosofare (primero vivir y luego filosofar)—, resulta comprensible que quisiera reunir todas sus capacidades para ponerlas al servicio de la iglesia dentro del campo tan bien conocido por él, el empresarial".
La Acción Social Empresarial
Y así llegó en 2013 a Acción Social Empresarial (ASE), la asociación privada y sin ánimo de lucro de empresarios y directivos cristianos, erigida por la Conferencia Episcopal Española en 1951. ASE es miembro de UNIAPAC, la confederación internacional de asociaciones de directivos cristianos que había sido creada en Bruselas en el año 1931 en respuesta a la llamada de la encíclica Quadragesimus Annus a la acción social de los empresarios cristianos.
"El ánimo de Luis H. de Larramendi al hacerse cargo de ASE fue el de dinamizar sus actividades, y para ello la dotó de una nueva estructura de gobierno y funcional, recompuso su consejo de dirección, e inició una nueva etapa centrada en la difusión de la DSI y en la defensa de la gestión empresarial con valores. Su mensaje iba dirigido hacia la figura del profesional con responsabilidades de gestión de personas, bienes y servicios", explica.
"Recurrió a UNIAPAC para encontrar modelos que pudieran ser aplicables a España e importó de “Les EDC”, la asociación hermana de ASE en Francia, el concepto de foros parroquiales en los que se ofrece acompañamiento al directivo ante los problemas de conciencia que plantea la actividad profesional, y su posible enfoque a la luz de las enseñanzas del pensamiento social cristiano aplicadas al caso. En la actualidad ASE cuenta con 12 foros parroquiales en Madrid, Pozuelo, Majadahonda, Oviedo, Vigo, Pamplona, Alicante, Sevilla y Murcia y están en vías de lanzamiento otros tres".
Participación en el Congreso de Laigos "Pueblo de Dios en Salida"
Desde entonces, "quiso que ASE se sumase al esfuerzo colectivo de dar contenido al marco dibujado por el congreso de laicos “Pueblo de Dios en Salida”, que se celebró en Madrid en febrero de 2020. Para ello, adaptó el plan estratégico de la asociación con el fin de adecuar sus actividades a los cuatro itinerarios adoptados, a saber, el primer anuncio, el acompañamiento, la formación y la vida pública".
Concebía su dedicación a ASE "como un servicio a la iglesia y al prójimo y era consciente de la exigencia de ejemplaridad en las actuaciones de la asociación. Merece la pena resaltar su decisión de contratar con carácter anual la auditoria externa de las cuentas de ASE, sin estar obligado a ello y a pesar de la modesta economía de la asociación, como ejemplo de gestión transparente y controlada". "Atento a las recomendaciones de buen gobierno dirigidas a las asociaciones laicas con vínculos con la iglesia, mediado su segundo mandato, preparó su relevo en la presidencia de ASE, la cual se materializó en junio de 2021, aceptando posteriormente la petición unánime del consejo de asumir la presidencia de honor".
El proceso sinodal
El proceso sinodal que se inició en septiembre de 2021, por el que la iglesia universal ha emprendido un camino de escucha y consulta a todos los actores sociales dentro y fuera de la iglesia, nos recordaba Luis Hernando de Larramendi, "brinda la oportunidad de poner en valor la labor social que la gestión empresarial sustentada en valores humanistas realiza". En efecto, para que esa labor social empresarial beneficie a más personas y se alcancen nuevas cotas de difusión de la doctrina social de la iglesia, se necesita incrementar el número de empresarios y directivos comprometidos con la sociedad y su bienestar".
En Acción Social Empresarial "estamos preparados para formar y acompañar a esos dirigentes movidos por ese ideal de bien común, siguiendo el ejemplo de Luis Hernando de Larramendi, un directivo comprometido".