Florencio Roselló, director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, premio «Alter Christus»

El director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española, el religioso mercedario Florencio Roselló Avellanas, ha sido galardonado este lunes, 26 de septiembre, con el premio «Alter Christus» de Pastoral Social, que concede el Regnum Christi. Junto a él han sido distinguidos otros cuatro presbíteros: Alberto Hernández Felipe («Alter Christus especial»), Javier Siegrist Ridruejo («Alter Christus de Nueva Evangelización»), Santiago Arellano Librada («Alter Christus de Pastoral Familiar») y Ángel García Rivilla («Alter Christus de Atención al Clero y a la Vida Consagrada»).

Los premios Alter Christus quieren poner en valor la entrega de los sacerdotes en estas áreas pastorales concretas: la atención al clero y a la vida consagrada, la pastoral familiar, la pastoral social y la nueva evangelización. Esta es su novena edición. La entrega de los mismos tendrá lugar el 17 de octubre en la Universidad Francisco de Vitoria.

Roselló, párroco de delincuentes y marginados

«El mercedario Florencio Roselló tiene una parroquia muy particular con delincuentes y marginados —una parte de esas periferias de las que habla el Papa—, y que se encuentra en el cárcel de Castellón. Además dirige el Departamento de Pastoral Penitenciaria en la Conferencia Episcopal del que dependen los cerca de 100 centros de acogida de la Iglesia para presos con permisos, así como los miles de puestos de trabajo que ha conseguido para que estos fieles tengan cómo ganarse la vida sin volver a prisión. El P. Florencio representa el carisma mercedario dedicado a la redención de cautivos», dice el Regnum Christi en su nota de prensa.

Alberto Hernández, el cura del volcán

Alberto Hernández es el párroco de Las Manchas, La Laguna, Puerto Naos y la tristemente célebre Todoque. En estas localidades el volcán de Cumbre Vieja se llevó por delante el año pasado cultivos, hogares y una de sus parroquias. «Lo que no se llevó por delante —dice el jurado del premio— fue su entrega sacerdotal generosa a los damnificados por el volcán, haciendo de su propia casa un lugar de acogida a los vecinos».

«Yo sigo siendo párroco de todos —dijo el P. Alberto en lo peor de la erupción—, porque aunque no hay templo, sí hay comunidad, y lo importante son las personas y eso afortunadamente está».

Javier Siegrist, «hacedor de Iglesia» en Getafe

«Si algo caracteriza a este sacerdote de la diócesis de Getafe es el saber “hacer Iglesia” entre los fieles de su parroquia. Como tantos sacerdotes, inició el templo del Santo Cristo de la Misericordia de Boadilla del Monte en un barracón. Desde ese momento, ha hecho de la parroquia una realidad evangelizadora en la que integra la corresponsabilidad de los laicos y está abierta a todas las necesidades de espacios y lenguajes nuevos para poner en contacto a sus feligreses con Jesucristo».

Santiago Arellano, del Pirineo navarro a Talavera

El Padre Santiago Arellano, premio Alter Christus de Pastoral Familiar, ha desarrollado su ministerio en las diócesis de Pamplona y de Toledo. En Navarra fue párroco de nueve pueblos en el Pirineo y responsable de la delegación diocesana de Pastoral Familiar y Apostolado Seglar. Actualmente es párroco en Talavera, desde donde promueve iniciativas como Family Night, o la consagración de las familias al Sagrado Corazón de Jesús como parte de esta pastoral familiar. «He visto milagros de muchos tipos»: el más importante la fortaleza y la perseverancia de los matrimonios en los momentos más difíciles, asegura.