Giménez Barriocanal ante los acuerdos Iglesia-Estado: “Nada de privilegios, por mucho que se empeñen”
El vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE debate con el periodista Juan Bedoya del funcionamiento, "los derechos y los deberes" de la Iglesia en España
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Los acuerdos Iglesia – Estado son una serie de documentos firmados por la Santa Sede y el gobierno español para determinar el funcionamiento, los derechos y los deberes de la Iglesia en España. La última renovación se realizó en 1979, cuando España entró en la democracia, respetando la Constitución de 1978, el principio de igualdad y buscando una Iglesia cada día más independiente y libre.
De eso han pasado ya más de 40 años, y por ello, el portal Religión Digital ha querido hacer una revisión de los mismos con el vicesecretrario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal y el periodista de El País, Juan G. Bedoya. "Los Jueves de RD, un formato novedoso de debate que surgió en plena pandemia de la mano de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell y el apoyo técnico de Católicos en Red, cumplen 40 ediciones, y lo harán estrenando doble formato (presencial y on line), con un debate que no puede estar más de actualidad: 'Los Acuerdos Iglesia-Estado, ¿intocables?'", ha comenzado el periodista Jesús Bastante, moderador del coloquio.
“Es imprescindible retocar los acuerdos Iglesia-Estado, pero no solo eso, habría que derogarlos”, ha indicado el periodista para comenzar el debate.
Por su parte, Barriocanal ha destacado la importancia de “que exista un marco donde los ciudadanos puedan expresar libremente su fe, pese a que nuestra Constitución garantiza la libertad religiosa”.
Sin privilegios
No obstante, ha insistido, en los cuatro ámbitos de los acuerdos, parece que es el económico, “la Iglesia está recibiendo lo que los contribuyentes deciden al marcar libremente la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta. Libertad y democracia. De todos los países europeos, la relación entre el Estado Español y la Iglesia católica es la más sana, plural y respetuosa de todas. En Italia, de todos aquellos que no marcan ninguna opción, el dinero se reparto proporcionalmente entre todas las confesiones religiosas. En España, de aquellos que no marcan la casilla, ningún dinero va para la Iglesia. En muchos países europeos existen grandes cantidades de asignación directa para la Iglesia. En España, desde 2007 no existe ninguna asignación en los Presupuestos Generales del Estado para la iglesia católica y tampoco con ningún otro mecanismo. Otro asunto es, que en España, aunque existe colaboración de las administraciones públicas en la conservación del patrimonio, sin embargo, la Iglesia es la que está saliendo al frente tanto económicamente como en la gestión de la conservación”.
Nada de privilegios, por tanto. “Por mucho que se empeñen, hoy por hoy, no rigen los Acuerdos Iglesia-Estado firmados en 1979 para ningún aspecto ni ámbito. La Iglesia se rige y está obligada por la Ley de Mecenazgo de 2002 exactamente igual que otras tantas instituciones, fundaciones o asociaciones. Entre ellas, todas las ONG. El Estado considera que todas ellas suponen un gran beneficio social”, ha explicado el vicesecretario.
¿Acuerdos desfasados?
“La consulta al gobierno de los obispos es otro tema que está desfasado”, ha explicado el periodista. “Me parece increíble que el Gobierno, de Rajoy, de Sánchez del que sea… tenga algo que decir del nombramiento de un obispo que hace el Papa”, ha lamentado Bedoya. “Es un gesto con el Ministerio de Defensa por parte de la Iglesia”, ha insistido Barriocanal, que ha asegurado “que no repercute en los nombramientos”. Hay parte de los acuerdos que ambos reconocen “están desfasados, porque en su práctica totalidad no se cumplen”.
“He perdido la esperanza en que se revisen”, ha concluido el periodista de El País, “pero creo que tanto España como la Iglesia serían mejores sin ellos”. Pese a ello, ha reconocido que la Iglesia “es una institución necesaria, de prestigio para la vida social, caritativa y cultural de España”.
“Al final, la relación entre el Estado y las confesiones religiosas tienen que estar regidas por la separación pero con la colaboración. Pero todos los que somos Iglesia, no solo los obispos, tenemos nuestro derecho de expresar libremente nuestra opinión. Por so no hay que alarmarse cuando la CEE saca una nota. Hay una separación efectiva de poderes. La única misión de la Iglesia es la de transmitir el Evangelio, y eso hay que hacerlo en un marco”, ha concluido Barriocanal.