Ginés García Beltrán: "El compromiso de la Iglesia es estar al lado de los jóvenes, de todos ellos"
El centro 'Arzobispo Morcillo', de la diócesis de Getafe "no ejerce una docencia «al uso» sino que acompaña a los alumnos desde una formación integral y en valores"
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El compromiso de la Iglesia por los jóvenes en el ámbito educativo va más allá de la mera formación académica. Porque además de la formación integral estrictamente profesional del alumno, la Iglesia, a través de sus centros, se preocupa en brindar una formación en valores, además de ofrecer una atención y seguimiento personalizados de cada alumno.
Este es el fin de la escuela comarcal Arzobispo Morcillo, un centro de formación profesional cuyo titular es Cáritas diocesana de Getafe. Desde 1963 este centro acoge a estudiantes de lo que ahora se llama “Aulas de compensación educativa”. El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, quiso visitar de la mano de ECCLESIA este centro y acercarse a los alumnos para brindarles su apoyo y cercanía: "Nuestro compromiso es caminar con los más jóvenes, con todos", expresó el prelado.
Y es que con 15 o 16 años, quedarse fuera del sistema educativo condiciona su vida entera. Son alumnos que no encuentran su sitio en las aulas de los institutos, no están motivados y no consiguen en el sistema educativo respuestas a preguntas que en ocasiones ni se hacen. La Iglesia acoge en este centro a alumnos que por su pertenencia a minorías étnicas o culturales se encuentran en situación de desventaja socioeducativa y presentan un desfase escolar significativo.
Para estos jóvenes, este centro se convierte en una ventana abierta al futuro ya que la vocación de los profesores llena ese vacío para que no pierdan la esperanza en la educación además de ofrecerles una formación profesional.
Estos cursos tienen como objetivo impulsar y realizar una formación que contribuya al desarrollo personal y profesional para mejorar tanto su empleabilidad como la promoción de su labor en el trabajo.
A partir de las necesidades y demandas de estos jóvenes, se les relaciona con actividades y programas concretos con los que se pretende hacerles partícipes de actividades con las que se sientan realizados.
Estos centros aterrizan la respuesta a la llamada del Papa Francisco que ha pedido en numerosas ocasiones poner el foco en el objetivo de educar a los jóvenes en la fraternidad, para aprender a superar divisiones y conflictos, promover la aceptación, la justicia y la paz. Un cambio de mentalidad para generar una nueva solidaridad universal que active el compromiso por y con las generaciones más jóvenes, renovando la pasión por una educación, el diálogo constructivo y comprensión mutua.