La hermana de Vincent Lambert rompe su silencio: "Fue inhumano"

Anne Lambert analiza en una entrevista a un medio francés el caso de la muerte de Vincent Lambert: división familiar, sus últimos días y la ayuda de la fe

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Pablo Valentín-Gamazo

Publicado el - Actualizado

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La muerte del enfermero francés Vincent Lambert, de 42 años, desconectado de sus tratamientos de alimentación e hidratación hasta su fallecimiento en el Hospital de Reims sigue generando reacciones. La controversia por el debate de la eutanasia en Francia es la cara externa de un debate que también vivió su familia por dentro. Su hermana Anne lo ha explicado en una entrevista que ha concedido al portal Famille Chrétienne, en la que también ha puesto en valor la fe y la oración que les han sostenido en todo momento.

Todo lo que ha supuesto el caso, provoca una mezcla de emociones en su hermana: "Tengo una gran tristeza, pero también me siento aliviada de que Vincent ya no esté en manos de su médico", subraya en la conversación con la plataforma cristiana francesa de la que se ha hecho eco Religión en Libertad.

La despedida de Vincent Lambert, un retrato de la división en su familia

La decisión de un tribunal puso fin a la batalla judicial entre sus padres, Vivianne y Pierre, ella y su medio hermano, David Philippon, con Rachel Lambert, su esposa y tutora legal. Acabaron por renunciar después de presentar dos últimos recursos de urgencia, que también fueron rechazados.

"En el día del funeral, había claramente dos grupos distintos"

Alegaron entonces que a su hijo se le había impuesto la muerte. Así, Vincent murió después de nueve días sin poder comer ni beber de las fuentes artificales de las que dependía tras la aplicación de la resolución judicial y en contra de la voluntad de sus padres, otros familiares, la Iglesia de Francia e incluso El Vaticano.

Su funeral fue un retrato de la división. Anne explica cómo todos estuvieron allí para despedir a Vincent, pero añade que "eso fue sólo externamente". "La división sigue ahí y estará allí por mucho tiempo", subraya. La razón, los alrededor de seis años de lucha en los tribunales entre miembros de la misma familia por la desconexión y por la vida, respectivamente.

A pesar de esa imagen, "todavía era digna". "En el día del funeral, había claramente dos grupos distintos", lamenta. No obstante, añade, "no hubo escándalos, ni manifestaciones de ira excesiva".

"Ver a Vincent irse en esas condiciones fue inhumano"

La muerte de Vincent ha generado efectos psicológicos y - según Anne - va a tener "efectos secundarios de por vida". Tras "seis años muy largos" y "muy duros", el último tramo de la vida de su hermano fue más que complicado. "Lo más difícil fue ver a Vincent irse en esas condiciones. Fue inhumano", afirma.

Recuerda cómo la historia de Vincent Lambert ha sido, o fue, "un chivo expiatorio". En ese sentido, afirma que "nunca quisimos tal cobertura mediática". Anne ha criticado cómo en su familia siempre ha habido quienes "están tentados de correr detrás de los micrófonos para declarar las cosas más o menos precisas", incluso "cosas innobles" pocos días antes de la muerte de Vincent.

Los medios tampoco se libran de un reproche de la hermana del hombre tetrapléjico por haber tergiversado las cosas, dice en la entrevista. Sin embargo, apela al buen juicio de las personas sobre este caso. "Creo que las personas son lo suficientemente inteligentes, tienen suficiente perspectiva para juzgar por sí mismos los eventos y la historia de nuestra familia".

"Debemos poner todo en manos de Dios"

Anne y sus padres son católicos. Eso les ha ayudado en algo a llevar el sufrimiento de muchos años. Se sienten "realmente llevados por miles de personas". Las Eucaristías, la oración de la gente y la suya propia les han hecho aguantar. Tras la muerte de Vincent, su reflexión sobre todo cuanto ha ocurrido y ocurrió es que "debemos poner todo en manos de Dios". Esto es, "rendirse a la Providencia". Eso es lo que ella considera que le salvó.

"Nos sentimos apoyados, era casi algo físico"

"Sabemos que se dijeron muchas misas por Vincent antes de su muerte. Ha habido muchas vigilias de oración en toda Francia. Nos ayudó mucho día a día. Nos sentimos apoyados, era casi algo físico. No podríamos soportar tal situación sin la oración. Yo me pregunté cómo haría para apoyar todo eso. Yo dudaba de mí. Me dije a mí misma que no podría aguantar", cuenta.

Por todo ello, envía un mensaje de agradecimiento a todos los que les han alentado en esos momentos. Se trata de unas 300.000 personas según sus cálculos. A todos ellos les envía un "gracias" por "llevar a Vincent hasta el final". "Sin ellos, no habríamos seguido", concluye.

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