La historia de la familia que destina la Semana Santa a evangelizar en la España rural: "Comparten su fe"

TRECE conoce el día a día del matrimonio de Cristina y Alejandro junto a sus tres hijos. Además relata la historia de Carla, influencer católica que pasó del ateísmo a la fe

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Redacción Religión

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La familia López-Rioboó es una de las cien pertenecientes al Regnum Christi que durante la Semana Santa se desplazan a los pueblos rurales de nuestro país para evangelizar y dar testimonio de su fe en Cristo. El matrimonio, integrado por Cristina y Alejandro, se convierten en misioneros junto a sus tres hijos durante esta semana, la más importante para los cristianos.

“Es una experiencia preciosa que hace crecer a la familia, nos ayuda a crecer en la fe y a compartir con otra familias lo fundamental”, explica en TRECE Cristina.

No es la primera vez que se emprenden en esta aventura. Al menos llevan nueve años viviendo de esta manera especial la Semana Santa. Una labor muy enriquecedora, pero también agotadora como reconoce Alejandro: “Hay que ser conscientes de que vas a dedicarte a una labor en la que no se descansa”.

Sus tres hijos, de corta edad, son conscientes de la importancia de su rol en esta misión por la España rural, tan abandonada a veces por las administraciones: “Invitamos a la gente a unirse a nosotros yendo a misa, a los oficios”; “Les enseñamos lo que es y les damos un Rosario. A veces lo rechazan o se lo quedan para rezar; “Podemos disfrutar de las personas para que vean que estamos con Jesús”, explican los pequeños.

Para los sacerdotes estas familias misioneras representan un gran apoyo en su tarea por lleva rel Evangelio a estos pequeños municipios: “Nos animan porque dan testimonio y comparten la fe con los vecinos. Es un chute de alegría y entusiasmo ver a familias jóvenes y numerosas que transmiten la fe”, comenta uno de los párrocos de estos pueblos.

Carla, la joven que evangeliza a través de las redes sociales

Carla es una joven que conoció la alegría de la Pascua en su adolescencia. Se bautizó a la edad de 17 años. Procede de una familia atea pero, en la actualidad, evangeliza a través de las redes sociales con mensajes de esperanza y cargados de optimismo.

“El sentido del cristianismo es la Resurrección, en la que celebramos la vida. En mi casa los Domingos de Resurrección no se celebraban”.

Carla se define en TRECE como una chica normal, con unos padres que se procesan amor y admiración mutua, pero no eran creyentes: “No me bautizaron por coherencia, porque no creían”.

Por ello, confiesa que apenas conocía nada de Dios. Es más, estaba llena de prejuicios hacia Él: “Lo poco que sabía de él es que era alguien que se inventaba la gente que tiene una vida dura o es cortita y no tiene capacidad para comprender que él solo puede”, asegura.

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Su vida dio un giro de 180 grados cuando cumplió los quince años. Tuvo que ser operada de espalda, y obligada a llevar corsé durante dos años. Fue cuando comenzó a plantearse la existencia de Dios: “Te suceden cosas que te permiten encajar las piezas del puzzle. Tenía prejuicios hacia la Iglesia, pero de repente todo tiene un sentido”, afirma.

Así las cosas, con 17 años recibió el Bautismo, la Comunión y la Confirmación en la Vigilia Pascual. Para Carla, supuso renacer: “Es mejor que cumplir años. Para mi el 21 de abril es cuando entendí porqué había nacido. Cambió mi vida conocer a Jesús porque me dio identidad, sentido y nombre propio. Ahora comprendo quien soy, por qué estoy hecha como estoy hecha”, sostiene.