La historia de una anciana que murió en estado de felicidad tras su experiencia religiosa en el hospital
Rafael ha reivindicado el papel de los capellanes en los centros sanitarios
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El Gobierno de Pedro Sánchez, en coalición con Unidas Podemos, ya ha echado andar. Comienza así una aventura cuyo recorrido y prolongación en el tiempo es una interrogante. Pero la presión al Ejecutivo de los que han apoyado al candidato socialista en la investidura no va a faltar. Los ministros ni siquiera habían tomado posesión cuando Compromís ya instaba al Gobierno a retirar la presencia de los capellanes de cualquier religión en los hospitales públicos, pese a que la asistencia religiosa en los centros sanitarios es un derecho al que recurren miles de pacientes y sus familiares.
Es el caso de Rafael Cano, que está a punto de ser padre por cuarta vez en su vida. Si todo va bien, su retoño dará a luz a lo largo del mes de abril, se estima que en torno a la Semana Santa. Desde hace unos días, su pareja permanece ingresada en el hospital Virgen de la Salud de Toledo por motivos, a priori, ajenos a su embarazo. Y es que un constipado le ha provocado una asfixiante tos acompañado de sangre: “Le están haciendo algunas pruebas, porque en su estado, no debemos correr riesgos”, apunta Rafael en declaraciones a COPE.es.
Rafael y su familia son creyentes. Acuden a misa diariamente. Como consecuencia del ingreso, no han podido asistir a la parroquia. El padre Rafael Torregrosa, capellán del centro hospitalario, acudió a la habitación para oficiar la misa: “Recurrimos a la Fe de manera constante. Nos alimentamos de ella, y en situaciones como la que vivimos actualmente, un pequeño empujón nunca viene mal”, reflexiona Cano.
Y es que para nuestro protagonista, el acompañamiento es muy importante: “Somos personas y nos gusta relacionarnos con los demás, sobre todo cuando peor lo estás pasando. Yo creo que el papel de los capellanes en los hospitales públicos es fundamental. No me atrevo a decir que tanto como un médicos, pero sí es importante”.
No es la primera vez que Rafael conoce de primera mano, junto a su pareja, la tarea que cumplen los capellanes en los centros sanitarios. Ya tuvo una bella experiencia anterior con la abuela de ella: “Mi mujer es de los Países Bajos, un lugar donde no son especialmente religiosos. Su abuela, antes de fallecer, recurrió a un sacerdote, y después de la experiencia su cara se transformó en felicidad. Para ella supuso un aliento en esos momentos tan difíciles. Yo estoy seguro que a raíz de aquello murió muy feliz”, confiesa Rafael.