Huevos y Monas de Pascua: ¿una tradición cristiana?
En este tiempo litúrgico de la Pascua, los huevos y las Monas son el producto por excelencia que se vende en todas las pastelerías. Descubre cuál es su origen.
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Desde los tradicionales huevos, hasta auténticas y originales creaciones. Son las monas de Pascua. Una tradición realizada desde hace siglos, que ha evolucionado desde un roscón como fue en sus comienzos, hacia las formas que conocemos ahora. Y su simbolismo tiene mucho que ver con el cristianismo. Regalar huevos de pascua es una tradición muy antigua que se ubica en el lunes de Pascua del siglo XVIII, día en que los padrinos se reúnan con sus ahijados para comer juntos. Los padrinos de Cataluña, Valencia y las Baleares, compraban este dulce el domingo después de la misa.
Con la llegada del cristianismo, esta tradición se incorporó dentro de la Semana Santa y no fue hasta el siglo XX, cuando la Mona empezó a ser un huevo de chocolate. La costumbre era regalar tantos como años tuviera el ahijado hasta un máximo de 12, los años en que se hacía la comunión por aquel entonces.
Una de las versiones sobre las monas de Pascua, es la de que María Magdalena fue al sepulcro de Jesús, para ungir su cuerpo. Al llegar, se encontró con la sepultura entreabierta. Un conejo, que quedó atrapado en la tumba, sería el primer ser vivo testigo de la resurrección. Así, este animal se representa como el portador del huevo de chocolate. El huevo, por su parte, es un símbolo de vida y renacimiento. Significa que Dios no tiene ni principio ni fin.
Este domingo, el programa ‘Ecclesia’, ha contado con la presencia de Roberto Martín, maestro pastelero que desde ‘El Riojano’, pastelería madrileña de la Calle Mayor y una de las más antiguas de la capital, lleva muchos años preparando Monas de Pascua.
Para Ricardo, aunque todas las Monas están buenas, “la tradicional es la más rica”, y ha bromeado sobre que “el chocolate para mí es excelente, y en este caso, en forma de huevo me parece genial”. Aunque el original era algo distinto al que solemos estar acostumbrados, “es un huevo cocido rodeado de una masa de brioche, aunque anteriormente era una masa de pan”, ha contado Ricardo, que ha traído al plató de ‘Ecclesia’ un ejemplo de esas Monas de Pascua más tradicionales. La forma de comerlo es curiosa, ya que “hay que sacar el huevo, pelarlo, y luego comérselo con el pan o el bollo dulce que lo rodea”.
En las Monas más modernas y que son más conocidas, también ha habido una evolución: “siempre solemos partir de la base del huevo, pero de ahí se pueden hacer figuras de chocolate”, ha explicado el dueño de ‘El Riojano’, que tiene clientes “que me piden huevos gigantes, sobre todo para las parroquias en la noche de Pascua”. Además, los pasteleros, como Roberto, han incorporado nuevas técnicas, como por ejemplo “añadiendo imágenes, escritos dentro del huevo o incluso nombres”.
Aunque Roberto también ha querido dejar claro que entre la torrija, las Monas y huevos de Pascua, “se vende mucho más la torrija, porque además dura muchos más días”.