La Iglesia española llama a una reflexión sobre cómo aliviar a las personas "dejadas a merced de la precariedad"
La Conferencia Episcopal y Cáritas se unen a la VIII Jornada Mundial de los Pobres que la Iglesia celebra el próximo 17 de noviembre bajo el lema 'La oración del pobre sube hasta Dios'
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La Conferencia Episcopal Española ha elaborado junto a Cáritas diversos materiales para unirse un año más a la VIII Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará el próximo domingo domingo, 17 de noviembre, bajo el lema 'La oración del pobre sube hasta Dios'.
Una jornada, subraya el episcopado, que es una oportunidad para reflexionar sobre “cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad.”
En este sentido, la Jornada Mundial de los Pobres, instaurada por el Papa Francisco en 2016, es una propuesta sobre “cómo cuidar y alimentar la dimensión espiritual de las personas que acompañamos a través de la oración, de una formación o de una lectura sugerente”, se puede leer en la nota de prensa.
El PApa recalca que “La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe"
La Conferencia Episcopal y Cáritas han recordado que en esta octava edición, Francisco exhorta a “hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos” porque la falta de atención espiritual es “la peor discriminación que sufren” las personas en situación de exclusión. “Es un desafío que debemos acoger y una acción pastoral que necesita ser alimentada”, señala el Papa en su mensaje.
“La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria”, explica Francisco en esta edición de la Jornada Mundial de los Pobres.
En su mensaje, el Pontífice también recuerda a las personas que sufren la pobreza y la exclusión que Dios no se olvida de ellos. “Dios está atento a cada uno de ustedes y está a su lado. No los olvida ni podría hacerlo nunca. Todos hemos tenido la experiencia de una oración que parece quedar sin respuesta. A veces pedimos ser liberados de una miseria que nos hace sufrir y nos humilla, y puede parecer que Dios no escucha nuestra invocación. Pero el silencio de Dios no es distracción de nuestros sufrimientos; más bien, custodia una palabra que pide ser escuchada con confianza, abandonándonos a Él y a su voluntad”.
El próximo domingo Francisco presidirá la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, a la cual seguirá el tradicional almuerzo con algunos pobres en el Aula Pablo VI.