Los obispos subrayan la importancia de la vida contemplativa, "cerca de Dios y del dolor del hombre"
Este domingo, en la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra la Jornada Pro Orantibus organizada por la Comisión para la Vida Consagrada
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«La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del hombre» es el lema de este año de la Jornada Pro Orantibus, que la Iglesia celebra en la solemnidad de la Santísima Trinidad, el próximo 30 de mayo.
En el mensaje para esta Jornada, organizada por la Comisión para la Vida Consagrada, recuerdan que «este es un año más, pero no un año cualquiera. Estamos atravesando una situación global que ha trastocado fuertemente nuestras vidas».
Por ello, subrayan la importancia de la vida contemplativa «que sufre cuando el mundo sufre porque su apartarse del mundo para buscar a Dios es una de las formas más bellas de acercarse a él a través de Él. La suya es una historia de cercanía con Cristo y con el dolor humano en la que uno y otro — el Señor que salva y el ser humano sediento de salvación — se requieren y se encuentran cada día a través de la búsqueda y la contemplación sagrada del rostro del Padre".
"En esta Jornada Pro orantibus toda la Iglesia recuerda con gratitud y esperanza a quienes recorren en ella la hermosa senda de la vida contemplativa. Pedimos al Señor que los custodie en su amor, los bendiga con nuevas vocaciones, los aliente en la fidelidad cotidiana y les mantenga la alegría de la fe. Y junto a ellos, presentamos al Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo las necesidades y los padecimientos del mundo: compartiendo su dolor y su esperanza, queremos estar cerca de Dios y cerca de todos, junto al dolor de cada ser humano". recuerdan los obispos
Materiales para la Jornada Pro Orantibus
En los Materiales que ofrece la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, además del mensaje de presentación de la Jornada, se pueden leer varios testimonios de personas consagradas y la homilía del papa Francisco a las monjas contemplativas en un encuentro en Lima a las que agradece su labor que es un camino privilegiado «para renovar esta certeza es la vida de oración, oración comunitaria y personal».