José María, emocionado tras haber vivido la experiencia de la PEJ en Santiago: "Ha sido algo inolvidable"
El joven de la Renovación Carismática de la diócesis de Asidonia-Jerez ha querido compartir su experiencia y cómo vivió todo el camino hasta llegar a Santiago de Compostela
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José María, perteneciente a la Renovación Carismática de la diócesis de Asidonia-Jerez, ha vivido junto a la Pastoral Juvenil el camino hacía Santiago y una vez allí la Peregrinación Europea de Jóvenes.
Ya de vuelta a su casa, José María ha compartido su experiencia y cómo vivió todo el camino hasta llegar a Santiago de Compostela: “Tenía claro que quería hacer el Camino al menos una vez en la vida y que mejor ocasión que hacerlo con mi diócesis y pudiendo venir a la PEJ”.
Al principio José María dudaba mucho de su llegada a Santiago: “No tengo una buena condición física y desde el primer día sentía dolores musculares y en los pies que conforme pasaban los días se hacían más fuertes e intensos sobre en los kilómetros finales de cada día”.
Todos estos dolores le permitieron “rezar en el dolor”: “Sabía que esta peregrinación representaba la propia vida, y efectivamente así ha sido con sus momentos muy buenos contemplando la Creación de Dios, pero también momentos duros y de frustración de no ver el final […] la tentación de buscar cualquier excusa para abandonar cuando había hermanos con motivos muchos más graves que los míos”.
José María no se podía creer que había llegado a Santiago: “Se llega como sea, pero se llega. En ese momento al mirar atrás te das cuenta que todo merecía la pena y que al Camino no le sobró absolutamente nada”.
Asimismo, nos cuenta que una vez comienza la PEJ para él todo ha sido algo inolvidable ya que ha podido vivir la alegría de Cristo con más jóvenes: “No tenía expectativas porque nunca había ido a ninguna, pero ha sido como una pequeña JMJ alabando a Dios todos juntos”.
Por último, José María tiene palabras de agradecimiento para todas las personas “que lo han hecho posible, el equipo entero de la Pastoral Juvenil, los voluntarios y a nuestra querida Madre Iglesia que sigue cuidando y alimentando al pueblo joven de Dios”.